Tres campañas, dos opciones

Iniciaron las campañas electorales a la Presidencia de la República sin muchas sorpresas; la candidata puntera, Claudia Sheinbaum, hizo valer el bastón de mando y, desde el Zócalo capitalino, se hizo acompañar por más de medio millón de mujeres y hombre de las treinta y dos entidades del país. Esa plaza del corazón de México otra vez se llenó de miles de banderas, pancartas, mantas, y consignas de los grupos y movimientos sociales opacaron al morenismo puro. El sol no impidió que, desde las 10 de la mañana, los contingentes de las entidades y las alcaldías más lejanas empezarán a llenar cada metro cuadrado de la plancha del Zócalo; el mensaje de Claudia Sheinbaum, aunque de cien puntos, se percibió ligero y el ambiente, siempre festivo, no dejo duda del posicionamiento electoral de la candidata.

Xóchitl Gálvez la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México arrancó en una entidad gobernada por Morena, en un acto que intentó ser simbólico, ciudadano o, por lo menos, cercano a una de las demandas más sentidas de la gente: la inseguridad y la violencia para, así tratar de remontar la gran desventaja electoral que arrastra. Después cambió de escenografía y, en Irapuato, una de las entidades con más muertes violentas, ad hoc con la plaza, se sacó sangre y, como los mejores tiempos del priísmo, firmó con ella el compromiso de no quitar los programas sociales que, por supuesto, impulsa el gobierno de la Cuatro T.

Álvarez Máynez escogió arrancar en una de las entidades gobernadas por el Movimiento Naranja, pero sin la presencia ni el apoyo del gobernador; fue un evento que pretendió arrancar con la fiesta característica del candidato fosfo de Nuevo León, pero sin lograrlo; no pudo ni tuvo qué festejar porque ni el fosfo camión, ni la espectacular tecnología naranja hicieron olvidar que, unas horas antes en el municipio más golpeado de Jalisco, habían aparecido seis cadáveres qué, por supuesto, van a la cuenta del gobernador Alfaro y  del partido naranja.

Como en el 2018, Morena optó por abrir las puertas a dirigentas y dirigentes qué recién abandonaron los partidos del Frente pero, entre la operación política del 2021 y la actual, no hubo mucha diferencia; y los acuerdos bilaterales qué encabezó Mario Delgado no solo pisaron callos y dedos, también una qué otra dignidad y trabajo acumulado.

En la ciudad de México, los tres arranques de campaña tuvieron características similares a las nacionales, pero fue evidente la  inconexión entre las candidatas y candidatos de la oposición en la capital y  las candidatas y candidatos a la presidencia. También, en el caso de la Coalición Sigamos Haciendo Historia, fue evidente la diferencia de perspectivas entre la candidata a la Jefatura de Gobierno y la candidata a la Presidencia

Mauricio Tabe hizo un arranque simbólico de campaña en las primeras horas del 1 de marzo en el Ángel de la Independencia con algunos cientos de militantes de los partidos de coalición. El evento masivo se arriesgó a hacerlo en un espacio abierto de una alcaldía panista. Tuvo como plataforma principal el blindaje de la ciudad y la continuación del proyecto de movilidad de Claudia Sheimbaum.

Salomón Chertorivski se decidido por una fosfo fiesta en la Plaza de las Tres Culturas, con algunos cientos de seguidores de Sandra Cuevas y de Alejandra Barrales; repartió hot dogs y se aferró a ser el tercero en discordia por la ciudad.

Pero, el que tenía que ser el principal, vistoso, y organizado arranque de campaña, sólo se distinguió de los otros por realizarse en un lugar cerrado y con boleto de acceso. El arranque de campaña de Clara Brugada fue la mala mezcla de un anquilosado buro político de la vieja izquierda y un evento oficialista del fallido Partido de la Revolución Democrática. Lo que debía ser un evento festivo, abierto, colorido, incluyente, fue un acto casi burocrático, con un discurso largo, tedioso sin muchas más expectativas que las llevadas y traídas Utopías. Un evento de un solo equipo que, mezquinamente, no permitió al presidente del partido en la ciudad terminar su discurso, y que terminó obligado por los intolerantes gritos de los seguidores de Clara Brugada.

La integración de los equipos de trabajo en la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum no han gustado a todos. La inclusión de actores que apenas hace unos días formaban parte de los gobiernos priístas, panistas, o de las bancadas de oposición, no ha sido fácil de digerir; pero cerrarles el paso y poner en la campaña un semblante faccioso no era opción. El segundo piso de la Cuatro T debe construirse, aun con quienes acaban de llegar, aun con quien apenas ayer disentían del proyecto, eso es la tolerancia, un pilar fundamental de la democracia.

Las decisiones que en la ciudad de México se tomaron con respecto a las candidaturas para alcaldías, y diputaciones federales y locales, no son las mejores; para la base morenista se reescribió el libreto que llevó a la pérdida de nueve alcaldías mientras que, para el movimiento social, para el activismo que no está en Morena o en algún partido de la coalición, también se está reeditando el desplante que ignoro sus aportaciones al proceso democrático electoral de los últimos treinta años.

La campaña apenas empieza, no hay espacio para la soberbia, no hay margen para la arrogancia, no puede entregarse la ciudad a la derecha panista, no cabe el purismo pseudo revolucionario cuando está en juego el proceso de transición iniciado en 2018.

* Politólogo, fundador y dirigente del Frente Popular Francisco Villa. Director de investigación del Centro de Estudios de Movimientos Sociales Género y Democracia, A.C., dirigente nacional de SUMA.

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