Obispos mexicanos: De la teocracia al voto

“El Obispo oía todo esto en silencio; cuando concluyó la relación preguntó:

¿Dónde se juzgará a ese hombre y a esa mujer?

– En el tribunal de Asisias.

Y replicó: ¿Y dónde juzgarán al fiscal?”

Víctor Hugo, Los Miserables

Para entender la inusitada preocupación de los jerarcas católicos sobre los procesos democráticos en México y su ferviente defensa del voto y el claro enfrentamiento con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador comparto algunos puntos clave:

El documento del Episcopado Mexicano no tiene un contenido distinto al de otros emitidos en temporadas electorales (se puede revisar el documento “No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social” en 2019 o cualquiera desde el año 2006). Lo único que destaca es que no se hace un análisis profundo, como señalar la abstracta necesidad de un Estado de Derecho sólido para evitar la corrupción y se añade una arenga populista: “¡Evitemos cualquier retroceso democrático!”Un elemento distinto a otros comunicados del Episcopado es la rareza del mensaje inicial que está en sintonía con la actual oposición (casi toda de derecha) y que es parte de una campaña de terror para sugerir que la presencia del crimen organizado marcará el destino de las elecciones. Una sugerencia peligrosa ya que toma elementos de la realidad (el terrible flagelo del narcotráfico) y su combinación con el tema electoral; alentando los rumores infundados de un narcogobierno en el partido gobernante.La política es tiempo, dice el presidente López Obrador y en este caso, la política clerical llegó justo en un momento en el que se busca, de manera oculta, mostrar la inconformidad de los obispos con el gobierno actual y apoyar la candidatura presidencial de la derecha opositora.Hay que hacer un reconocimiento al esfuerzo del Episcopado Mexicano y la Compañía de Jesús en México por construir la paz en el país por medio del Diálogo Nacional por la Paz. Reuniendo voces, buscando profesionales, se alejaron del discurso tradicional, se arremangaron la sotana y se metieron al fango, buscando soluciones y proponiendo acciones más allá de la oración. La propuesta del Diálogo Nacional por la Paz es seria y concreta. Habla de la madurez de una Iglesia dispuesta a caminar en procesos sociales de largo alcance. En contraste, el comunicado sobre las elecciones es lamentable ya que decidió, como otrora, escuchar a grupúsculos de pensamiento conservador y darles voz.La Iglesia es el pueblo y según las encuestas, el pueblo votará nuevamente por la izquierda en las próximas elecciones. Hay que distinguir entre jerarquía y el pueblo. En México, tierra de Obispos notables como Sergio Méndez Arceo, Arturo Lona, Bartolomé Carrasco, Samuel Ruíz o Raúl Vera, pensadores progresistas, son ahora excepciones del pasado. Ojalá que los pastores vuelvan a tener olor a oveja y no se dejen seducir por las palaciegas fragancias de la comodidad y el poder.

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