Fanáticos enjuician y sentencian por encima de la Ley
Les platico:
La repentina muerte del periodista Rafael Elías en Nueva York suscitó un mosaico de reacciones.
Prevalecieron las condolencias de quienes seguían sus análisis sobre política y los temas financieros en que era especialista.
Aunque también hubo -pocos- pero virulentos e insensibles comentarios de feisboqueros y chaleros -perdón- chateros, que se erigieron en “ministerios públicos” para acusar y sentenciar como si fueran jueces, un hecho que ocurrió en la urbe de hierro, en el cual Rafa fue protagonista accidental, durante el viaje de Xóchitl Gálvez a Estados Unidos.
Los pormenores de ese incidente son de sobra conocidos.
De este asunto resalta el lichamiento mediático del que Rafa y su familia fueron víctimas por parte de los desaforados defensores de López Obrador en EU y en México.
Las “benditas redes” -como las llama el presidente- fueron el vehículo principal de los ataques contra del periodista mexicano, egresado de la Universidad de Yale y que vivía en Nueva York desde hace más de 30 años.
Al conocerse su muerte el pasado jueves, cesaron en buena medida, pero este viernes aparecieron en cierto chat “político” de Monterrey, mensajes que agravian la memoria de alguien que ya no está vivo para defenderse.
Y quienes rendimos tributo a su muerte, también recibimos algunos de esos mensajes.
Destaco en particular uno de ellos, firmado con el nombre de Fernando Sebastian, que vive en Ciudad Acuña, Coahuila.
No es un bot. Fernando Sebastian existe. Incluso aparece en mi lista de contactos.
Lo obtuve el día en que visité la ciudad Del Río, Texas, en mi ruta hacia Eagle Pass, donde se encuentra la más grande concentración de migrantes.
Lo que Fernando se animó a dejar por escrito en mi celular, es de una bajeza inaudita.
Lo incluyo aquí, con su número y todo, al fin y al cabo la recomendación presidencial es que si alguien se siente invadido en su privacidad, pues que lo cambie y santo remedio.
A lo mejor ya hasta lo cambió, porque hoy sábado le llamé y no obtuve respuesta.
Cajón de sastre:
Los fanáticos seguidores de AMLO acusan a quienes llaman “derechanguillos”, de estar cargados de odio.Pero el odio supura de lunes a viernes desde el “púlpito” del Palacio Nacional.Las mañaneras son una herida abierta y sus discípulos esparcidos por la faz del territorio nacional -y de EEUU también- predican odio como si fuera una clase de catecismo.Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y la Inigualable Lady Cachanilla.