La libertad de expresión, de luto una vez más

Irreverente

Les platico:

Tres días antes de su programa semanal con Irving Gatell me envió un mensaje diciéndome literalmente:

– “Queridísimo jefe, nada más para decirte que al carajo con andarme escondiendo. Si me lo permites este mismo martes me reincorporo al canal. ¿Cómo la ves? ¿Sí? ¡Arre!”

Así de afectuoso era, con todo mundo.

Y le respondí de inmediato.

– ¡Arre! Tal cual debe ser.

El martes, desde muy temprano, mi productor lo estuvo buscando para enviarle la liga del programa.

Rafa vivía con su familia desde hace muchos años en Nueva York, donde se desempeñó como analista financiero y político en varios puestos importantes dentro de las estructuras de Wall Street.

Pero no atendió ni mensajes ni llamadas.

El lunes previo a su programa dio de baja todas sus cuentas, incluyendo la de X.

No se comunicó más con nosotros.

La instrucción que di fue que le diéramos su espacio, porque desde el incidente que tuvo con los “simpatizantes” de Morena en Nueva York, su ánimo decayó bastante.

Unos días después de ese encuentro, aunque en un principio no quería, lo convencí para que hiciera un programa especial conmigo en lunes y ahí dio santo y seña de lo que realmente ocurrió cuando salió solo del restauran donde Xóchitl ofrecía una recepción.

En la calle se topó con un grupo de “simpatizantes” de Morena. Lo demás es historia.

Rafa no formaba parte de la comitiva de Xóchitl Gálvez

Asistió a ese lugar como cualquier otro mexicano interesado en hacerle sentir su simpatía, pero -reitero- no formaba parte de la comitiva de la candidata del PRI, PAN y PRD por la presidencia de México.

En el programa que tuvo conmigo, la emoción le ganó cuando explicó con lujo de detalles lo que vivió ese día y lo que se le vino encima después.

Me llamó para decirme que la gente de Morena y sus “simpatizantes” no lo dejaba en paz.

Incluso algunos medios publicaron caricaturas sobre el incidente y otros feisbuqueros se sintieron obligados a dar versiones que distaban mucho de la realidad.

Hizo dos programas más; luego se ausentó de nuevo y quiso hacer el del martes pasado.

Este jueves a las 3:13PM tiempo de Nueva York, Rafael Elías murió de un infarto fulminante en su casa de aquella ciudad.

Por sus ideas diferentes a las del régimen, fue castigado brutalmente a través de las que el presidente llama “benditas redes sociales” y también por algunos cuantos medios que se dicen serios.

Como si estuviéramos en los años de la Santa Inquisición, fue sometido a un ataque sistemático por parte de gente de Morena y de fanáticos, que en vez de ayudar a las causas del partido, lo afectan por sus radicales posturas.

Rafa era una persona muy sensible y a la vez, aprensiva.

Tanto estrés lo llevó al límite y su corazón no aguantó.

Cajón de sastre:

¿Cuáles serán los límites de la polarización que brota desde el púlpito del Palacio Nacional?¿Sabrá el presidente que entre sus seguidores hay hordas de fanáticos que no investigan, que no analizan, que no se informan objetivamente, que destilan odio, y que debido a ello, atacan a todo aquello o a aquél que sea crítico al régimen de la 4T?No creo que López Obrador llegue a tanto… Aunque… Quién sabe.Descansa en paz, querido Rafa.

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