El affaire Coca Cola, Belinda y el narco del que hay que hablar

Para empezar, hay que darle crédito a un amigo, Nicolás Alvarado, quien a través de su podcast nos alertó a ver el video “Cactus” de Belinda, en el que aborda el tema de la cultura narco en nuestros días.

Al igual que él, nosotros apoyamos la libertad más amplia para artistas, músicos y periodistas, quienes deben tener absoluta libertad en sus procesos creativos, mientras que las audiencias a las que se dirigen, deben de poder definir y elegir los contenidos culturales, artísticos e informativos que prefieran. Es mejor un “exceso” de libertad a cualquier limitante de ésta. De hecho, la cultura refleja lo que sucede en la sociedad. Negarlo o intentar cualquier tipo de límite, es absurdo.

Ahora, el video en cuestión, “Cactus”, de la artista Belinda Peregrin, es el primer promocional o videoclip patrocinado por Coca Cola, en el mundo, que contiene armas, disparos y mucha alusión a temas violentos.

Coca Cola siempre ha intentado ser cuidadosa en lo que respecta a su publicidad y en la conducta de sus ejecutivos. Tiene un código de ética riguroso y de aplicación global (Acting with Integrity Around the Globe). En México, sus campañas giran en torno a los valores de la familia, por ello sorprende que patrocine con integración de producto una canción que expresamente se dice “bélica” y un video con armas de fuego y cultura narco.

La historia, según refiere Coca Cola, es que tienen una amplia relación con Belinda y son patrocinadores de ella y que cuando la cantante envió, a la sede central de Coca en Atlanta, la solicitud de patrocinio, sólo se analizó la letra de la canción. Coca Cola no conocía el videoclip con la palabra “bélica” y todo los relacionado con la cultura narco.

Según la casa productora Flakka Directors, “Cactus” es un “film western que relata el renacer y florecer de Belinda”, pero la producción les falló pues más que un western, les salió el tema narco por el tipo de armas, la vestimenta y los tatuajes de sus actores, pero es su libertad creativa.

Lo que asombra es que Coca Cola, siendo alertada del video en su versión ya publicada, ha decidido dejarlo correr con la su marca apareciendo constantemente en él, a pesar de señalar en una carta que nos enviaron que se manifiestan a favor de una cultura de unión y paz en nuestro país y agregar que están en contra “de cualquier manifestación que enaltezca o haga apología del crimen en México”.

No hay registro en ningún otro lugar del mundo de que Coca Cola haga publicidad con armas de fuego. Esto es delicado por la normalización que de la violencia se hace en un país, México, en donde el año pasado hubo más de 33,500 mil asesinatos. Más de 84 muertes violentas al día, todos los días.

Coca Cola incluso ha sido víctima de esta violencia. En 2018 tuvo que cerrar su centro de distribución en Ciudad Altamirano, Guerrero, por inseguridad y hostigamiento de grupos de la delincuencia organizada hacia sus trabajadores. La empresa señaló entonces que rechazaba “enérgicamente toda acción de violencia en contra de sus colaboradores, familias y comunidades en donde opera”.

Por ello nos preguntamos, ¿y qué hay de las familias mexicanas? ¿Es normal que una trasnacional tan reconocida patrocine este tipo de videos? ¿Se atrevería a sacar este tipo de publicidad -con armas- en otros países? ¿Eligen dejar correr la publicidad, aunque incorrecta, privilegiando la publicidad, con más de 17 millones de vistas en YouTube? ¿Se hace esto en México dado que hemos ya normalizado la violencia y al narco? Y, la pregunta más amplia ¿qué nos espera como país y como sociedad si este tipo de cosas ya no nos sorprenden?

Este artículo tiene como propósito abrir un debate sobre lo hecho por Coca-Cola, sí, pero también sobre otros actores relevantes que están normalizando al narco en México: desde periodistas que entrevistan a líderes narcos y aceptan difundir sus mensajes, hasta periódicos que publican mantas y amenazas del narco, y redes sociales que llevan videos con ejecuciones. Todo esto ante un Estado que “se hace de la vista gorda”. ¿No debiéramos como sociedad hacer un esfuerzo para, por lo menos, pensar y platicar todos sobre este asunto?

Es devastador lo que muchas zonas del país y millones de familias viven a consecuencia de esta realidad. El affaire Coca-Cola & Belinda ojalá nos lleve a reflexionar hacia dónde vamos y cómo el actuar con ejemplo es algo que estamos, todos, perdiendo a diario. ¿Qué opina? Nos encantaría escuchar su opinión.

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