Críticos pusilánimes. Xóchitl triunfadora

Por mi profesión —y deformación—, en lo que va del sexenio he escuchado cientos, miles de mesas de opinión conformadas por sesudos críticos. Se habla del precipicio al que nos lleva López Obrador (creo que ahí hay unanimidad en el diagnóstico de quienes conforman esas y otras discusiones), de la violación que se ha hecho de la democracia, de las elecciones de Estado, del presidente y su interferencia, etcétera, etcétera, etcétera. ¿Saben ustedes, sin embargo, cuántas veces se menciona a Xóchitl en esas discusiones? Cero.

Esos y otros “ricos” análisis me recuerdan mucho a los que hace AMLO —usualmente de forma ilegal— hablando de las elecciones, de su legado, de su transformación, pero nunca o casi nunca mencionando a…Claudia, ¡la que sería su heredera!

Ya basta de que los críticos del obradorismo —en especial los más famosos, ‘los intelectuales orgánicos’, como diría el mandatario— privilegiemos demostrar lo mucho que sabemos sobre política (en otras palabras, busquemos lucirnos) sobre el apoyar a Xóchitl sin cortapisas.

Es el bolsillo, estúpidos

Es tiempo de definiciones. Ya no caben las medias tintas ni el silencio complaciente. México se encuentra ante más de una disyuntiva y es menester entenderlo.

Es obligación ver que el dilema que pesa en el ánimo de la gran mayoría de la sociedad NO es el de democracia vs dictadura, como comúnmente se cree y ‘la oposición’ socializa. No, la disyuntiva que más apremia y que es fundamental para el elector es la de la política social vs la de derechos democráticos y libertades.

Verán ustedes: en estos momentos del calendario electoral, en lugar de hablar de la importancia de la democracia y de cómo peligran las instituciones (eso está bueno para discutirlo con los tomadores de decisión presentes y futuros), los análisis, el activismo y la estrategia opositora se debe estar enfocando en plasmar cómo es que Xóchitl puede y va a garantizar los programas sociales.

No se ha entendido algo que Andrés Manuel conoce mucho muy bien: que para la gran mayoría de la sociedad mexicana, lo importante es el dinero en su bolsillo y los programas sociales y asistenciales que vienen acompañados de eso (mismo la seguridad y el combate a la corrupción es secundario). ¿Derechos, democracia y libertades? Esas son exquisiteces; para el elector promedio no le son ni le serán fundamentales.

Quienes desde la trinchera crítica al régimen abogan solo por la democracia están perdidos; la gente quiere más programas de ayuda (no voy a discutir aquí si estos son óptimos, focalizados, de naturaleza social o netamente asistencialistas y hasta clientelares) y votarán en favor de quien se los garantice. Punto.

AMLO con el pescador

¿No me creen? Basta ver el último video que subió el presidente a sus redes. No habla de derechos. Al sentarse en la playa con un pescador AMLO priorizara la política social —de forma demagógica, claro está, pero esa es otra cuestión—. Le está hablando al bolsillo del que tiene al lado y al de todos los electores. Al de millones de mexicanos pobres y jodidos.

Al referirse al raquítico ingreso de un pobre pescador versus el de otros ‘privilegiados mexicanos’, construye y solidifica sus adeptos.

Poco importa que él no los haya sacado de pobres, tampoco el que el mexicano común y corriente no tenga la menor idea de quiénes son los periodistas Jorge Ramos o León Krauze. Tampoco que López Obrador esté pisoteando los derechos y libertades institucionales y democráticas de los ciudadanos. Todo se vale siempre y cuando a la gente, al ‘pueblo bueno y sabio’, le siga garantizando los programas sociales.

La democracia no se come

Creo que ya establecí que: (1) las libertades y la democracia NO son la preocupación principal de la gente; (2) Andrés Manuel le ha apostado a priorizar el bolsillo del elector promedio, mientras que los críticos erróneamente se han (nos hemos) abocado en hablar de garantizar el voto libre, secreto y demás cuestiones por el estilo; (3) que es secundario si en realidad el obradorismo ha ayudado o no en sacar a la gente de la pobreza. Les ha mejorado sus ingresos y eso es lo que cuenta, pues el mexicano está luchando por sobrevivir y la democracia no se come.

Tenemos a Xóchitl

Ante la pregunta: ¿queremos dinero o democracia? La respuesta de la gente es obvia y clara. Y por ello, y dado que los críticos del régimen insisten en priorizar el tema de la democracia, debieran aprovechar que hay una candidata de oposición que se llama Xóchitl y se apellida Gálvez que afortunadamente es la única que puede construir sobre ambas cosas. Una narrativa que se enfoque en la política social y a la vez en proteger la democracia y nuestros derechos políticos.

En otras palabras, la hidalguense es la única que puede resolver el dilema antes descrito.

¿Y por qué?, se preguntarán ustedes. Debido a que Xóchitl tiene la misma capacidad con la que cuenta Andrés Manuel de entender la realidad social de la gente, de saber —junto con algunos miembros de su equipo de trabajo— de qué forma continuar con los programas sociales e incluso llegar a duplicar la ayuda y de tener los mayores capitales de México (así como mercado laboral y grandes empleadores) detrás de ella.

Xóchitl representa ambas políticas y cuenta con una narrativa que puede atraer a los críticos y a la vez a la clase trabajadora de México (pobre, mediana, rica).

Los pusilánimes

En ese sentido, si estamos preocupados y convencidos de que nos encontramos ante un presidente y una candidata que, en aras de defender la política social, van a sacrificar la democracia, ¿por qué la mezquindad de los todos los críticos —sobre todo los que tienen mayor poder de influencia— en decantarse, abierta y totalmente, por Xóchitl?

Ya no es el momento del análisis. Ya no es el momento de decir “este es el peligro”. Es el momento de decantarse por Xóchitl, el no apoyarla y bregar por ella nos quita cualquier derecho a quejarnos después.

¿Por qué a pusilanimidad de no decantarse abiertamente por Xóchitl? Si es tan terrible lo que ha sucedido con López Obrador y lo que viene con Claudia, entonces no se entiende el porqué —a sabiendas de que Xóchitl es la única opción real que existe—, no estamos volcados a abogar por ella, a apoyarla, a hacer campaña por ella.

Nuestra única tarea

Convencidos de que no se quiere seis años más de lo mismo o de algo incluso peor, entonces es menester convencer en favor de la única alternativa real. Llamar al voto en favor de Xóchitl, en la esfera de cada una de las esferas de influencia.

Convencer de que Xóchitl es triunfadora. Y para ello es necesario que todos los formadores de opinión, las cabezas de organizaciones, la sociedad civil, la ciudadanía se conviertan en fuentes de propaganda pura y dura en favor de la candidata de Fuerza y Corazón por México.

Los tres rubros principales de narrativa —sustentada en hechos— para la oposición en estos momentos del calendario del proceso electoral 2024 son:

1.- Que Xóchitl es competitiva, triunfadora —y no en el sentido de su vida personal, que también lo es, sino por cuanto a que puede ganar y sacar adelante los programas sociales del actual gobierno y de mejor forma (sin desabasto de medicamentos, por ejemplo)—.

2.- Que independientemente de si se trata de las encuestas serias o de las manipuladas, todas sin excepción tienen unas ‘tasas de rechazo’ brutalmente altas. Esto es, que el porcentaje de encuestados que no quieren responder a las encuestas, y que deben ser sustituidos por otros que sí acepten hacerlo, es enorme. Y que esto se traduce en un sesgo que esconde que Xóchitl es mucho, mucho más competitiva de lo que parece.

3.- Que cuenta con el apoyo del capital financiero empresarial más poderoso de México para mantener y hasta para aumentar los programas sociales.

4.- Que se debe construir y hacer una gran ola en favor del cambio. Y que, en ese sentido, la marcha del día 18 de febrero por supuesto que sí fue en favor de Gálvez. ¡Faltaba más! Sí consistió en decir que se está hasta la madre de este régimen, evidentemente la protesta fue en favor del cambio y este está representado por los candidatos de oposición. De nuevo, si estamos hartos, ¿cómo es posible que no nos estemos pronunciando en favor de Xóchitl?

Estos son los elementos que cualquier habitante de México que cuente con alguna autoridad moral y de influencia en la opinión pública debe privilegiar, repetir y difundir.

Y en función de hacerlo por Xóchitl, por la oposición a un régimen, se estará haciendo por México.

De otra manera, se nos puede tachar de pusilánimes. Y tendrán razón.

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