Al pueblo NO le interesa #NuestraDemocracia. Ya vamos tarde en asumirlo

No quiero ser aguafiestas. Tampoco demeritar lo que se ha logrado, que no es poca cosa. Mas deseo alertar sobre lo que falta asegurar de aquí a 100 días y que eso se dimensione en su justa proporción.

“¿Qué?

Que venga

¿Para qué?

Yo le doy mi lugar

¿Qué quieres probar?

Que recoja tu mesa, que lave tu ropa

Y todas tus miserias

¿Qué quieres demostrar?

Que venga, que se juegue por ti

¿Qué vas a conseguir?

Quiero ver si es capaz de darte las cosas que yo te dí

A esa, a esa, a esa ve y dile tú, que venga.”

PIMPINELA

“Take these broken wings

And learn to fly again

Learn to live so free

When we hear the voices sing

The book of love will open up

And let us in

Take these broken wings.”

MR. MISTER

La marcha por la democracia llenó el Zócalo y el corazón de todos los que allí se reunieron. Lo mismo en muchos otros sitios del resto de la República.

Fueron miles los que se reunieron en la Plaza de la Constitución. ¿El número? El mismito que cuando es llenada por simpatizantes de Morena en actos encabezados por López Obrador.

¿Cuál es el problema, entonces? Que en democracia gana la mayoría (así sea solo una primera minoría, por un voto, y no más del 50% de la votación). En otras palabras, que los electores que no coincidimos con el régimen y con la imposición de una sucesora hemos sido una minoría, mismo sumando las 120 ciudades donde la marcha de ayer se llevó a cabo.

En muchos lugares se palpó que los jóvenes (de 25 años para abajo) no asistieron. ¿Apatía?, ¿ignorancia?

Así, más allá de los números que reunió la marcha, comencemos por decir cuáles son los tres retos más importantes para estas elecciones: (1) hacer que la gente que nunca sale a votar lo ha haga; (2) que voten contra Morena; y (3), la principal, que López Obrador reconozca una derrota si los números no le llegaran a favorecer a su movimiento. Dados sus antecedentes, no veo cómo esto último llegaría a pasar.

Tomemos en cuenta también cuestiones objetivas; lamentables, pero no por ello menos ciertas y que ayer nuevamente quedaron de manifiesto:

Conviven dos Méxicos y al mayoritario, a la gran, gran, gran mayoría de la población, no le interesa la democracia.En esencia, México es autoritario, no ha dejado de serlo. Esto es porque una gran mayoría de su gente: o no entiende qué es eso de la democracia y de qué le sirve o serviría, o porque tiene —o considera tener— preocupaciones mucho más apremiantes que luchar por la democracia, o porque no le conviene priorizarla y/o tiene otros intereses que cuidar y que se contraponen a esta, o por una combinación de estos y otros factores.Los dos Méxicos son el pueblo y el ciudadano; al pueblo no le interesa la democracia en lo absoluto. No nos confundamos.Hasta ahora, los ciudadanos no hemos encontrado una forma EFECTIVA de ganar adeptos del pueblo, pues se continúa hablándole en un lenguaje de “la democracia” que, ya dije, ni entiende ni le interesa.

La Marcha por Nuestra Democracia fue con y por el otro México, el ciudadano. Yo estoy convencida de este y formo parte de él, pues creo que es mejor no solo para mí, sino para todos los mexicanos sin distinción. Lo ejerzo y lo promuevo todos los días; en cada acción, en cada uno de mis escritos. Pero tristemente eso no quita que es el otro México el que impera y cuya mayoría desea otra cosa.

Establezco lo anterior porque me pregunto ¿qué tanto poder de concientización y de convencimiento tiene una marcha como la de ayer (pero también otras en su tipo), cuando que quienes la conforman(mos) ya saben(mos) que están(mos) decididos en pro de su causa? ¿De qué manera podemos sumar números del “otro bando”, por denominarlo de alguna manera?

El llamar a votar a los que no se interesan por la democracia (tan no se interesan, que son abstencionistas/nunca han querido ir a votar) resulta —perdón que lo diga— un tanto cuanto ocioso.

Ese es el problema de lo de ayer: se le habló a los mismos de siempre. Esfuerzos truncos al no movilizar a grupos poblacionales que no se han movido.

Dicho de otra manera, llenar El Zócalo ya no hace la diferencia. Cuidado con normalizar estas acciones; pierden valor.

Pongamos algunos ejemplos: ante la petición de que la gente, en caso de ser contactada, atienda la invitación del INE a formar parte de las mesas de casillas o de ser observadores electorales, ¿qué porcentaje realmente lo hará? De la gente que marchó, ¿cuántos se hicieron acompañar por morenistas, por personas que nunca han querido ir a votar? Desafortunadamente, este tipo de preguntas se responden con números muy desalentadores.

Dicho de otro modo: ¿cómo derrotar el desinterés que no sea mediante las acciones de siempre de un llamado al voto que nunca terminan por llamar a nada?

La marcha fue un éxito; sí, lo fue. Pero ¿cómo lograr que escuchen los que no están dispuestos a hacerlo? ¿Cómo construir y qué debe contener una agenda que llame al voto, a derrotar la abstención? Supongo que tiene que apelar a intereses y a valores que NADA tienen que ver con la democracia misma…

Y es en ese sentido que digo que el objetivo y el alcance de la #MarchaPorNuestraDemocracia estaba acotada de origen.

Debemos preguntarnos de manera objetiva, con seriedad y con urgencia: ¿cómo construir y qué debe contener una agenda que llame a la unión de los mexicanos? De esos dos Méxicos a los que antes me referí. De nuevo, yo supondría que debiera ser una que apele a objetivos que NO necesariamente pasan por cuestiones de democracia y de la defensa de esta…

‘Fuerza y Corazón por MX’ está en busca urgente de esa estrategia y de ese discurso. Me temo que hacerlo en torno a la defensa de valores e instituciones democráticas (si bien aporta y es necesario), en este país, con esta sociedad que compone México, no hace la diferencia.

López Obrador llegó al poder gracias a los mecanismos democráticos, sí. Pero precisamente porque conoce al pueblo de México, y sabe bien que a este en general NO le interesa la democracia, es que una vez en el poder puede prescindir de ella y que la mayoría de la gente no va a protestar. Eso es lo que está ocurriendo, nos guste o no.

En ese sentido, señalar que AMLO es antidemocrático no es novedad. La novedad —si acaso— es que a la mayoría de la población mexicana le tiene sin cuidado la democracia y precisamente por eso López Obrador es tan popular.

¿Cómo y para qué hablarle al pueblo de México de democracia? Si lo que se quiere es convencerlos de votar y de no hacerlo por ‘la continuidad’, se debe tener otro discurso. Un llamado democrático en un país no democrático, por bien intencionado que este sea, no augura réditos.

Giros de la Perinola

1.- Aunque en la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional (Art. 16) se estipula que la bandera nacional permanecerá izada todos los días del año, salvo en casos fortuitos o de fuerza mayor. El domingo la quitaron aduciendo que podía pasar algún desmán. ¿Qué daño?, ¿quién iba a trepar el asta para vulnerarla? Este tipo de acciones del gobierno federal y local son actos de censura y de sabotaje.

2.- El compromiso con la democracia de nuestros representantes populares es un mito genial, basta comprobar el ausentismo en ambas cámaras legislativas a las sesiones de trabajo. Legisladores de todos los colores en campaña.

3.- Entré anoche a X y los cinco primeros temas en tendencia nada tenían que ver con la democracia o con la política nacional; tenían que ver con el fútbol y demás deportes. Y eso que son las redes; ni pensar en los hogares mexicanos. Ayer, en la gran mayoría de estos, ¿se hablaba de la marcha o de Santander y su cuerpo arbitral?

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