A pedazos se cae el pejeverso
“Tanto va el cantaro al agua, que al final se rompe.”
REFRÁN
“Es evidente en tus ojos, la confianza se perdió
El recelo ha reemplazado al amor
Y ha borrado toda la pasión
Quédate unas horas más
Déjame tratar de explicar
Esa noche fue solo un error
Esa noche cuando el amor falló
Esa noche cuando el amor falló.”
SORAYA
“No hace falta
que nos prueben
si sellamos en palabra esta promesa
y somos fieles
No hace falta
que demuestres
que recuerdes con detalle cada fecha
con claveles
Que nos juzguen,
que se miren en el espejo y se confiesen
es tan grande el sentimiento que nos une
no se vende.”
CRISTIAN CASTRO
Como el cántaro que se ha roto en mil pedazos, así se hace añicos la narrativa de la ‘honestidad valiente’. Ya fueron muchas, demasiadas veces, y acabó por desgastarse la impermeabilidad de López Obrador. El “teflón” que tenía a las críticas —muchas veces ante vicios, males y hasta delitos obvios— ha dejado de funcionar.
La honestidad valiente fue rota con demasiados avisos. Con desfalcos —allí sí— más grandes que el que acusan del Fobaproa y más evidentes que una Estela de luz. Encima sosteniendo a impresentables como son: Salgado Macedonio, López-Gatell, Ovalle Fernández (luego del desfalco a Segalmex…), Garduño Yáñez (mismo a pesar de la tragedia en una estación de migración en Ciudad Juárez que costó 40 vidas), quienes —todos— ahí siguen. U otros ¡hasta premiados!, como son Rocío Nahle, candidata al gobierno de Veracruz (ella solo dejó a su paso una refinería que no refina y que tuvo un sobrecosto del 100%), o Javier May, abanderado en la contienda por la gubernatura de Tabasco (mismo después de dejar el Tren Maya con más fallas que las que comete un novel conductor en su primera práctica de manejo y un sobrecosto que triplica lo presupuestado).
Luego el desaseo y la evidente corrupción estalló donde es más difícil aducir desconocimiento: con sus propios hijos y los íntimos amigos de estos (‘El Clan’, Carlos Loret de Mola dixit). Estos, actuando tanto en el gobierno como siendo beneficiados indirectamente mediante influencias, moches y cochupos de miles de millones de pesos en negocios imposibles.
Pero el artículo del periodista Tim Golden (dos veces ganador del premio Pulitzer) y de Anabel Hernández (López Obrador la llamó “una gran periodista” cuando destapó un asunto similar sobre Enrique Peña Nieto hace diez años) terminó de volar en pedazos el pejeverso.
Una dura revelación donde Tim Golden informa que la campaña de López Obrador del 2006 fue investigada en por autoridades de EU. Que ha quedado el antecedente de que se encontraron evidencias y que, por razones de índole política —no jurídica—, el caso se cerró. Así lo confirmó el Departamento de Justicia norteamericano: existió la investigación y fue cerrada hace 13 años por falta de elementos, lo cual —¡cuidado!— no es sinónimo ni de inocencia ni de culpabilidad.
El exfiscal de Estados Unidos, William Barr, pide la intervención militar contra el presidente López Obrador. Ojalá que Andrés Manuel le exija retire lo dicho y que, de paso, como sugiere Xóchitl Gálvez, denuncie en Estados Unidos para “limpiar” su nombre y demostrar su inocencia por difamación contra la DEA, los medios de comunicación estadounidenses (ahora también los de medio mundo) y el gobierno de EU.
Que quede claro: si no se continuó con la investigación fue por razones políticas. También dos certezas: la investigación señala a gente muy cercana a López Obrador (incluyendo al hoy multimillonario Nicolás Nico Mollinedo, antes chofer del Tsuru de AMLO), además del propio Andrés Manuel.
Los seguidores de López Obrador negaron lo presentado. Para ellos, podrían ver al mismísimo Cártel de Sinaloa darle dinero al mandatario, que la respuesta sería creerle al macuspano.
Sus “bots” trataron de generar la tendencia en redes sociales #TodosConAmlo, la cual no resultó y fue superada por la de #NarcoPresidente. ¡Menuda ironía! De lo que más señaló el mandatario a Calderón, ahora le regresa… con evidencias en contra que el ex presidente no ha tenido…
López Obrador se defiende diciendo que no es casual el reportaje del galardonado de Estados Unidos en vista de las elecciones que se llevarán este año tanto en ese país como en el nuestro. Él lo debe de saber mejor que nadie; digo, no en balde es experto en no hacer NADA de forma casual…
De ahí la urgencia de revivir el caso Colosio… Necesarísimo para tapar su cochinero (Tren Maya, inseguridad, desaparecidos, AIFA, Dos Bocas, farmaciota, Mexicana, etcétera) y el de sus de hijos y amigos de sus hijos. Vaya, el mismo Colosio Riojas solicitó deje en paz el caso de su padre y que no lo politice.
Como parte de su ofuscación —rayando en desesperación— el presidente exigió a la DEA y al Departamento de Estado presentar las pruebas de posibles financiamientos del narco a su campaña. ¡Pero la DEA no depende del Departamento de Estado norteamericano, sino del de Justicia! AMLO también olvida que en Estados Unidos NO se controla la información que comparten agentes de la DEA con reporteros, como él pretende hacer aquí en México con los órganos constitucionales autónomos. Tampoco se les dice a los medios qué publicar (por cierto, ¿vieron que poquísimos medios retomaron la investigación periodística en cuestión?).
López Obrador dice que esta acusación es “práctica inmoral y contraria a la ética política”. El problema es que NO es la única acusación en su tipo. Problema también es que él ha promovido este mismo tipo de señalamientos. Nunca mejor dicho el pejeverso por la boca muere…
¿Le sorprende al mandatario? ¿Quién es el primero que ha alimentado una negativa percepción contra su administración? Una disminución en la persecución contra el crimen organizado. ‘Abrazos, no balazos’; un gobierno que no combate a las drogas ni a los delincuentes. Plazas tomadas, ‘ahí tienen sus masacres’, los desaparecidos, “desaparecidos”, hacen eco a cualquier acusación de que el narco ronda al Estado. López Obrador no combate al narco, de hecho niega que el fentanilo se produzca en nuestro país, dice que México está en paz. Ha disminuido la cooperación con la DEA para desarticular a bandas, descubrir y destruir laboratorios, detectar autoridades infiltradas.
Ante las acusaciones a su familia, a sus amigos que conforman “El Clan”, la 4t debe ver con nuevos ojos sus acusaciones contra Salinas de Gortari, Calderón Hinojosa, Peña Nieto. Momento de mirarse en el espejo. De tomar muy, muy en serio (así sea ya demasiado tarde) los señalamientos del Tribunal Electoral y otros voces en el sentido de que el CO está involucrado en las elecciones.
Y es que si a pedazos se cae el pejeverso, tristemente el país, todo este, se rompe con él.
Giros de la Perinola
Uno: López Obrador ya no será impermeable a la nauseabunda situación que atraviesa el país; no sé si alegrarme. Algo le impactará y algo se reflejará también en los por él cobijados.
Dos: Este resquebrajamiento del pejeverso, la corrupción anidada y ahondada en la 4t, empoderará —un poco, muy poco— a la oposición.
Tres: Se perfila una megamulta contra Morena por casi 62 millones de pesos. ¿La razón? Irregularidades en los ingresos y gastos en el proceso interno de Morena en el que Claudia Sheinbaum resultó electa como ‘coordinadora’. Evidente la propaganda sistemática y similar en sus mensajes, así como la movilización de personas sin definir el origen de dichos recursos. En síntesis, el INE hizo bien su trabajo en analizar y cuantificar todas las irregularidades. Así lo dice el TEPJF en voz del magistrado Felipe de la Mata.
Cuatro: pronóstico. Tanto López Obrador como Claudia Sheinbaum se radicalizarán aún más. ¡Qué desgracia! En otras palabras, imposible que reparen su narrativa, lo que no quita que ya él —su designada o alguno de su paleros— inventarán una totalmente nueva.