‘Diálogos con Xóchitl’
Vuelve el tiempo que dejó
Tu memoria en mi canción
Vivo en el límite, el eco de tu voz
Y te siento como algo imposible
Recuerdo que
Prometí volver cada día cálido
Se desliza para traer tu recuerdo líquido
Me abraza la piel
PLAYA LIMBO
Que sí, que luego no… con aquello de ‘La mañanera de la verdad’. Todo indica que Xóchitl no se va a lanzar a semejante precipicio. Y la mera verdad, lo celebro.
Ella requiere de una herramienta para comunicar lo que es y lo que representaría su gobierno, sí. Pero esta debe ser un espacio atípico dentro de su esquema de comunicación como candidata. Y, que conste, escribí la palabra ‘atípico’; en otras palabras, no más de lo mismo.
Lo que a continuación propongo es que ella preste el micrófono a otros.
Quizá suene de entrada un contrasentido, mas no lo es, empezando porque sus mismos eslóganes de campaña así lo plantean. ¿O no dicen sus promocionales cosas como: “es por ti”, “no soy yo, eres tú”, y más palabras por el estilo?
Pues, bien, que no se quede en mera palabra y construya un espacio recurrente (¿diario?, ¿semanal?) para comunicar de manera disruptiva. Un lugar donde exista ese ‘diálogo circular’ que nos quedaron a deber… Un esquema que permita ser trasmitido en diversas plataformas, pero que pueda ser fácilmente retomado por los medios de comunicación y en redes sociales, donde sea ELLA la entrevistadora.
Xóchitl la que entable la conversación con otros; la que escuche las vivencias de las víctimas de este sexenio y pueda comenzar a formular soluciones a los pesares.
‘Diálogos con Xóchitl’. Que sea la candidata quien le de voz a la ciudadanía —de todo tipo—, que dialogue con ella. Que les preste el foro y el espacio a algunas cuantas víctimas de la 4t (¡miren que hay de donde escoger!), buscando que estas, a su vez, sean REPRESENTATIVAS de ciertos grupos vulnerados; que los mismos le den voz a otras cientos de miles más…
Para poder hacer eco de distintos tipos de violaciones y de afrentas de muy diversa naturaleza, y viralizar esos intercambios, el entrevistado debe ser de muy distinto tipo: casos MUY sonados, casos de personas NO conocidas, pero cuya situación es intolerable, y casos que a su vez sean ilustrativos —sean las personas conocidas o no— de la situación por la que atraviesan otros muchos millones de mexicanos.
Sugiero, entonces, un esquema que nada tiene que ver con La Mañanera, pero que sí cumple con el objetivo de generar acercamientos de ella con la sociedad y, más importante, entre la sociedad misma. Darle visibilidad a muchos casos y a otros muchos más que se pueden identificar con quienes ella va a dialogar.
Obviamente esto conlleva sus riesgos y tiene su chiste. Una cosa es que Xóchitl esté de candidata y haciendo campaña, comunicando SU experiencia de vida, y otra muy distinta es que se ponga en el papel de entrevistadora, que dé foro y atención a personas que han sido agraviadas por el gobierno. Mas, tal vez sea algo que Xóchitl pueda explorar y llevar a buen puerto.
Sería la oportunidad de dar a conocer una faceta que no se conoce de ella (para el caso, de casi ningún político o persona que aspire a ocupar un cargo en la administración pública): saber compartir escenarios, saber preguntar, saber escuchar. Saber extraer de otros —y no de ella misma— la experiencia de vida, de trauma.
Que sea Xóchitl quien logre que la víctima cuente su experiencia negativa con la 4t. Que, por un momento, no sea la candidata el centro de atención, sino la víctima. Que preste el escenario y los micrófonos a quienes puedan generar un recordatorio del azote que ha significado la 4t para tantos.
Descubrir, entre otras cosas, si Xóchitl es capaz de escuchar, de entender lo que escucha y de hacerlo de tal manera que dirija la atención del mexicano donde debe de estar… y no perdido en marrullerías.
Valgan unos ejemplos del primer tipo antes mencionado (el de ‘figuras muy conocidas’): que entreviste a Carlos Loret de Mola o a Ciro Gómez Ley, y NO al revés (cosa que ya se ha hecho y continuará haciéndose). Que sea Xóchitl la que los entreviste; ellos como agraviados en este sexenio. Otros ejemplos: que dialogue con Alejandra Cuevas, con Ceci Flores, con León Krauze, con Elena Ríos, con Sergio Aguayo, etcétera.
La candidata cediéndole su lugar a las víctimas, en lugar de imitar a la víctima eterna que tenemos en Palacio Nacional…
Pero hay más, muchas más oportunidades. ¿Quién no se identificaría profundamente con un agraviado del sexenio, mismo si esta no es alguien de renombre? Esto es, no importando quien sea.
Un padre de un niño enfermo, una mujer vejada, un joven sin futuro, una madre de un desaparecido, un damnificado por Otis, un ex becario del CONAHCYT, un docente del CIDE, un médico del sector privado, y una larguísima lista.
Es evidente que muchas víctimas ya no están dispuestas a seguir guardando silencio. Se requiere descubrir, compartir la voz y poner de manifiesto el tamaño del daño.
¿Podrá ser Xóchitl quien lo haga?