La ‘Dama del silencio’, Juana Barraza niega ser asesina
El 26 de enero de 2006, la vida de Juana Barraza enfrentaría una detención que afirma fue “sin motivo alguno” y que de la noche a la mañana la convirtió en acusada, presidiaria y asesina serial ante la opinión pública.
Este sábado 13 de enero de 2024 Juana Barraza dio su testimonio donde se reafirma “inocente” en televisión abierta en entrevista transmitida por Canal 14, dentro de la serie Cartas para la libertad, producida por Carmen Huete, quien explica el contexto en que se llevó a cabo la entrevista en la que Juana Barraza asegura una y otra vez:
“Ya es tiempo que la sociedad sepa la verdad…Es la ley de la vida y estoy pagando algo que no hice y eso no se vale…No se sabían ni mi nombre… Denos 200 mil pesos y se va señora. No tengo…Y les pregunté a los judiciales: ‘a quién se va a meter si les pago. Ya tenemos al que se va a quedar en lugar de usted…’,”.
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“Dentro de la serie Cartas para la libertad la conversación con Juana Barraza es como un especial por la propia naturaleza de la entrevistada. Fue un proceso muy largo. Cuando empecé a investigar qué tipo de personas estaban privadas de la libertad dentro de Santa Marta Acatitla, obviamente la primera que sale en la lista es la señora Juana. Y en ese momento pensé que no era necesario, porque es una persona a la que le han entrevistado mucho. Yo también estaba en esa falsa creencia de haberla visto, de haberla escuchado y la realidad es que no es así. Las imágenes que tenemos en nuestra memoria son con ese suéter rojo, el día de la detención, las palabras que ella dijo ese día y después hay otras imágenes el día de la sentencia detrás de la rejilla de prácticas. Alrededor de esas dos imágenes se han producido N cantidad de materiales, audiovisuales. Casi todos bastante sensacionalistas y entonces cuando me puse realmente a investigar me di cuenta de que nadie la había entrevistado a ella al interior del centro de reinserción, entonces mi interés empezó a crecer, me la presentan y de ahí empezamos a acercarnos más; yo comencé a plantearle la posibilidad de que me diera la entrevista, ya que ella empezaba a ver las entrevistas que hice a sus compañeras. Fue un proceso de poco más de año y medio. El día que terminé las grabaciones de la primera temporada, me despedí de todas y ella se acercó a mí y me dijo: sí quiero hablar”.
Cabe recordar que Cartas para la libertad fue lanzada por Canal 14 el trece de marzo del año pasado, siendo una serie documental en la que diversas mujeres privadas de la libertad cuentan su historia, mediante testimonios directos y la lectura de cartas en las que reflexionan sobre su vida antes de ser encarceladas, las condiciones que las orillaron a cometer o ser acusadas de diversos delitos, la vida cotidiana en prisión y, en algunos casos, su camino a la libertad. Las historias de estas mujeres atraviesan temas de violencia de género, desigualdad social, discriminación, maternidad, diversidad sexual y abandono de infancias.
La serie producida por Carmen Huete, en la cual ella gestionó las cartas y entrevistó a las reclusas, se constituye como “un retrato con perspectiva de género sobre las condiciones estructurales, sociales y de falta de acceso a la justicia que atraviesan el destino de muchas mujeres en México”.
Carmen Huete recuerda aquel “sí doy la entrevista” de Juana Barraza: “Pues fue para mí muy impactante porque yo estaba ya convencida de que ella no quería hablar porque no le veía sentido, ya que cada vez que sucede algo alrededor de ella, se le van encima. Entonces el hecho de saber que yo no soy una periodista, sino que estoy produciendo una serie con el objetivo de visibilizar y de humanizar a las mujeres que están en prisión, probablemente fue lo que la motivó a tomar la decisión. Ya de ahí pasaron muchos otros meses, porque desafortunadamente por una caída la tuvieron que sacar del centro para hospitalizarla y otra vez se armaron especulaciones alrededor de ella, que si ya la van a dejar libre, que si no. Regresando de su recuperación al penal, se vuelve a poner en contacto conmigo y reiniciamos, ahora sí ya el proceso para que las autoridades permitieran que la entrevista se diera”.
En la conversación transmitida el sábado 13 de enero a las 21 horas, Juana Barraza aparece sentada en una actitud las más de las veces serena, en otras indignada por los linchamientos públicos, por las series televisivas donde aparece declarando con dobles sin haberlo hecho ella, o estremecida por la infancia que vivió y sobre todo por no haber llevado un proceso judicial donde la presunción de inocencia no alcanzó a plantearse ante las pocas horas que transcurrieron entre su detención y presentación a los medios, según infiere Barraza en el documental.
“Atravesamos todo el proceso de los trámites, que había que hacer alrededor de un personaje como el de la señora Juana. Para mí es muy importante recalcar que en ningún momento se le nombra por este apodo que se le puso. A mí sí me parece que es importante mantener el respeto independientemente de lo que parezca que una persona hizo o no hizo. Ella habla de que ese apodo le ha traído no solo a ella sino también a su familia un estigma con el que es difícil vivir. Entonces la llamo por su nombre, presentamos la historia de su vida, los hechos como ocurrieron desde la versión de las entrevistadas, de Juana Barraza o la otras reclusas, y pues ya como que quedó un panorama de los casos con un contexto más amplio para poder analizarlos”, comenta Carmen Huete.
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En la entrevista la realización lleva a las alambradas que rodean el penal donde los pájaros se posan en libertad, a los pasillos donde las reclusas van diariamente de sus celdas. Alegorías del desencanto.
“Mi mamá me odiaba tanto que me vendió a los 11 años por unas cervezas… Ni a un perro le quitan sus crías…”, dice Barraza mientras se le quiebra la voz, a la que añade un coraje soterrado ante lo inexplicable.
La encontró un tío y la rescató ya con un niño pequeño de quien la compró: “Mi papá me puso a vender gelatinas. A los 18 años me casé bien casada pero me salió mujeriego. Tuve tres hijos entre golpes humillaciones. Llevaba a sus amantes a la casa. Me separé. Mejor sola”.
Juana Barraza Samperio se aficionó a la lucha libre, primero como espectadora, vendedora afuera de las arenas y luego como luchadora bajo el nombre de “La Dama del Silencio”.
Siempre andaba acompañando a “Tony Rivera, el ídolo de las mujeres, siendo ruda de corazón”, dice en la entrevista con Huete y agrega qué hay fechas de los asesinatos de mujeres mayores en que ella andaba luchando y no se consideraron en las pruebas de descargo.
Carmen Huete dice que la serie no exime ni culpabiliza a las reclusas, que lo que se “ busca es humanizar, y en el caso de Juana aún más. Lo que tenemos de ella en la mente es un personaje construido por otras personas. Es muy importante decir que las entrevistadas primero escriben cartas y que cada episodio, incluido el de Juana Barraza, gira a través de un tema que atraviesa de manera estructural a nuestra sociedad. Es decir, tenemos temas como las adicciones, la violencia intrafamiliar, el maltrato infantil, la migración. No solamente se queda en un hecho aislado, digamos que cada una de ellas es vocera de temas muy profundos, en nuestro país. En el caso de Juana Barraza, el tema es este juicio mediático. Una autoridad de Santa Marta Acatitla me decía: ‘no sabes lo difícil que es para nosotros recibir a una mujer que va a ingresar al centro cuando ya salió en los medios, porque la sociedad ya lo juzgó. Los medios ya nos dijeron algo, la sociedad se hizo una idea y entonces imagínate en un caso como el de JuanBarraza ya había un juicio social afuera. Qué difícil es tomar un caso cuando aparentemente ya todo el mundo decidió’,”.
Huete es categórica: “vuelvo a repetirlo, no hay presunción ni de culpabilidad ni de inocencia con ninguna de las entrevistadas. Lo que sí hay en el caso de Juana es un terrible parecido en su detención al de las otras mujeres. Es decir, fallas graves en el debido proceso, violaciones a los derechos humanos, que entonces sí ponen en tela de juicio la culpabilidad y la inocencia de las personas. Porque si empezamos así de mal, pues ¿quién nos garantiza que lo que sucedió después se hizo bien? Me impulsa sobre todo el poder conocer a fondo a otros seres humanos, y darme cuenta y poder transmitir que ninguno de nosotros estamos lejanos de que un suceso así pueda ocurrirnos. Porque hemos estado por décadas tan mal en el aspecto de justicia en este país, que si no nos involucramos, que si no nos sensibilizamos, que si no somos capaces de mirar más allá de lo que nos presenten los políticos o los jueces seguirá habiendo impunidad”.
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“Me hicieron trizas, ya perdí la fe. Cuando me dieron más de 700 años por homicidios y robos, cuando me dieron a conocer la sentenciame me ganó la risa porque no hay leyes, todo son puras injusticias. Me leyó la sentencia un joven en el juzgado y luego se puso a llorar; le pregunté por qué y me dijo “no señora,
la admiro por su valor otra se hubiera desplomado. No me desplomé porque no hice nada”. Barraza asegura que firmó hojas en blanco porque amenazaron a su familia, porque sufrió una violación tumultuaria, reitera.
“A la fecha no aparecen mis papeles de la violación y los golpes que recibí… Me he agarrado de Dios nuestro señor si no ya estuviera muerta, dos veces me dio Covid y dos infartos. Pero veo a mi hija chica y me digo que tengo que salir de aquí. Amo mi vida y tengo quien me llore allá afuera y no me voy a quitar la vida. Si me doblo o me dejo caer qué gano con salir de aquí en un cajón.”
Finalmente Carmen Huete destaca que un canal adscrito a un sistema público haya apoyado la serie y la entrevista que se puede ver en YouTube en la señal de Canal 14.
LEO