En la recta final de la precampaña
Es cuestión de días para que finalice el ejercicio de precampaña presidencial. Siendo un proceso de esa naturaleza, es importante ir haciendo un balance de lo que, hasta este momento, ha ido aconteciendo, especialmente en el posicionamiento de la imagen que, al fin y al cabo, es uno de los objetivos que se vuelve fundamental en vísperas de que se oficialice el arranque del proselitismo. De hecho, después de este lapso determinante, se consolidó la concepción de triunfo para la abanderada de Morena, Claudia Sheinbaum. Inclusive, no hay duda de que ella ganará, con todo el mérito por haber ido construyendo una elección, que tiene las condiciones para que la izquierda gane por segunda vez consecutiva.
A unos días de la recta final, Claudia Sheinbaum terminará la precampaña con una intención del voto, en algunos casos, de más del 55%. En otros, por ejemplo, alcanza un techo del 60. No podemos —con exactitud— dar un pronostico atinado. Lo cierto es que, en medio de ese proceso, es un hecho que el lopezobradorismo conquistará el poder de nueva cuenta. Lo hará, por lo menos, con más de la mitad de votos del padrón electoral. Algo similar a lo que vivió López Obrador en aquel momento histórico. Ese escenario, de hecho, es muy claro con base en la perspectiva de la situación que prevalece.
Llega, para empezar, con todas las encuestas de opinión a su favor. Todas ellas, sin excepción alguna, ratifican el paso dominante de Morena en la elección presidencial. Y no solamente para la transición del ejecutivo federal, sino para la mayoría de entidades federativas. De hecho, la más reciente encuesta que divulgó SDP Noticias pone muy por encima al partido guinda en puntos claves como Jalisco y Yucatán, que actualmente gobierna otra fuerza distinta. Ante esas circunstancias sólidas, hablamos de un movimiento sólido a lo largo y ancho del país.
Ahora, si hablamos del potencial político que ha demostrado Claudia, podemos decir que ha pasado la prueba de fuego. Superó toda expectativa y, de paso, ha dejado claro que, para un proceso electoral, siempre ha estado preparada y lista para enfrentar esa difícil tarea. Será, no hay duda, una gran presidenta constitucional de México. Con ello, dará continuidad al proyecto de la 4T, que echó raíces con López Obrador. A eso hay que sumarle, de igual forma, el progreso social que se ha dado gracias a las reformas constitucionales que, con toda la extensión de la palabra, sacó adelante Ricardo Monreal.
Además de ello, Monreal, como coordinador territorial de Sheinbaum, ha demostrado esa capacidad que se necesita para ganar una elección presidencial. Hay que resaltar esa visión que tuvo Claudia para seleccionar a su estructura de campaña. Eligió y armó a su equipo con base en el potencial de cada uno de ellos y, lo mejor de todo, para aprovechar todas las áreas de oportunidad que favorecerá tener un liderazgo como zacatecano. Eso, de entrada, hace posible tener una campaña de mucho nivel político y, de paso, abrir más el compás.
Otra de las cualidades que ha demostrado Claudia, que nos han hecho confirmar que ganará la elección presidencial, es el proyecto de nación que ha ido esbozando. Podemos afirmar que, en muchos aspectos, es una continuidad del proyecto de AMLO. Asimismo, ha planteado un diseño integral, especialmente en innovación. En aras de continuar transformando esa política, Sheinbaum ha identificado aquellos mecanismos que, a la postre, mejorarán la calidad de vida de la población civil. Entre ellas, por supuesto, multiplicar los programas de apoyo y fortalecer la educación en todos los niveles. En ese orden, están los instrumentos de cooperación con los distintos órdenes de gobierno.
Faltan más atributos o componentes que mencionar para justificar el triunfo inexorable de Claudia Sheinbaum en la elección presidencial. Empero, otra de las ventajas que ha sabido capitalizar la abanderada de Morena, es la nula capacidad que ha tenido Xóchitl Gálvez. En medio de ese desencanto de la sociedad por la oposición, eso abonará para allanar más el camino. Siendo la peor crisis de la derecha y en medio del esquema de componendas que desnudó el propio dirigente nacional del PAN., la derecha, además de estar en detrimento, ratificará su decadencia una vez que arranquen las campañas.
Claudia Sheinbaum, de igual manera, dominará la campaña oficial y todos aquellos debates que se lleven a cabo. No tiene rival ni muchos menos alguien que le haga sombra. Así que, con ello, podemos ir proclamándola jefa del ejecutivo federal. Será un momento histórico para el país. Ya lo dijo Ricardo Monreal hace unos días en Zitácuaro, Michoacán: Sheinbaum será nuestra presidenta constitucional para el próximo sexenio. Tendrá el respaldo de todo el pueblo y, con ese efecto, ya lo dijimos, ganará Puebla, Morelos, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Jalisco, CDMX y Chiapas, con un Eduardo Ramírez que está imparable en el sur del país.
Notas finales
Irrelevante, así podemos calificar la narrativa soez de Rubén Moreira en las redes sociales. Su comportamiento, fiel a su estilo, está fuera de lugar y acompañado de señalamientos sin fundamento que, a su vez, tratan de desprestigiar el esfuerzo y el trabajo que se viene realizando. Hace unos días, por ejemplo, trató de denostar la labor exitosa que viene llevando a cabo el estado de Zacatecas, uno de los territorios que, en este instante, tiene una evaluación muy positiva hacia el gobierno que encabeza David Monreal, no se diga de su Secretario de Gobierno, Rodrigo Reyes, que ha demostrado mucha capacidad para conducir la política interna del territorio. En todo caso, Reyes, con categoría, le replicó a Moreira y, de paso, le recordó el fracaso que significó su gestión cuando fue gobernador en Coahuila. En pocas palabras, lo responsabilizó, como lo hizo la opinión pública, de la crisis que, en su momento, padeció la población civil en Coahuila. Tiene muchísima razón Reyes, pues el operador de Xóchitl no tiene ninguna calidad moral por la falta de credibilidad.
Muy bien por Rodrigo Reyes que defendió a capa y espada el buen trabajo que se está llevando a cabo en Zacatecas.