Premios ESLAND. Lo que AMLO desdeñaría, lo tiene Ebrard como sueño de opio

Los Premios ESLAND, que se entregaran en el pequeño principado de Andorra en el ya próximo febrero, se entregan a los streamers, que básicamente son jóvenes que hacen regularmente (no tiene nada de malo, ni hacerlo ni decirlo) estupideces en vivo vía plataformas de Internet.

Vaya, resulta que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para sorpresa de propios y extraños, se ha convertido en el streamer número UNO en había hispana, lo cual ha generado un debate acerca de si debe ser nominado o no a ser el ganador en alguna categoría de los referidos premios.

De entrada, los contenidos de AMLO están a años luz de los de los demás, que el que más decentes contenidos transmite son el español Ibai Llanos y la uruguaya Alaska, que al final del día se basan en un DEPORTE (el futbol) que siempre llevarán consigo, estos, valores como el esfuerzo, la competencia leal, la vida sana, el trabajo en equipo, y un largo etcétera, pero ni así, los contenidos del canal de López Obrador tienen distinta sustancia, que es la de politizar a los pueblos, civilizarlos, darles a conocer su historia y abrirles los ojos con el fin de ser sujetos activos de la cosa pública y no meros objetos; ciudadanos, vaya, en el sentido de la Grecia antigua se pretendía, y no lo que inberbes y no tanto, con apariencia de tontos, que pasan horas en sus computadoras y transmiten en vivo haciendo perder el tiempo a millones de otros jóvenes; es un claro ejemplo de lo que puede ser el Internet: desde un enorme burdel hasta la biblioteca de Alejandría.

Entonces, da igual que sea nominado AMLO o no, que no lo será debido a un supuesto resultado de una encuesta entre los mismos streamers (se dice que el resultado fue 51/49, evocando, paradójicamente al FRAUDE electoral 2006, que todo México sigue pagando con sangre, horror y luto) y que por cierto, Ibai Llanos afirmó el no haber sido siquiera consultado de manera informal acerca del particular. De todas formas ni en sueños AMLO iría a Andorra a la ceremonia y quizás por obligación y/o consejo de algún asesor en comunicación social tendría que haber pronunciado un breve agradecimiento público, pero hasta ahí. A diferencia de un Marcelo Ebrard (por ejemplo) que en su sueño (inalcanzable) de conquistar al electorado más joven, no dudó ni un minuto en crear contenido de “pena ajena” en su canal de TikTok, bailando tonterías y profiriendo otras tantas o bien de una grotesca Sandra Cuevas, que gobierna mediante el corriente espectáculo y la frivolidad por delante; disfrazándose y repartiendo ridículos, armando escándalos callejeros, pero que nunca han figurado (ni lo harán) como streamers exitosos. En fin, un orgullo que un mexicano sea el streamer más visto en el mundo de habla hispana, pero mucho más orgullo es el que sea por los contenidos que el maneja, que, créanme, están haciendo del mexicano uno de los ciudadanos mejor informados y más politizados del mundo, y así sea ya con premios o sin ellos, que resulta (en este caso) lo de menos.

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