Moneros Fisgón y Calderón —y todo México— en doble duelo por la SCJN
La palabra duelo tiene dos significados
Es lo que leo en la versión digital del Diccionario de la lengua española, de la RAE: Significado 1: Del lat. mediev. duellum ‘combate entre dos’, en lat. ‘guerra, combate’ con cruce pop. de duo ‘dos’. Combate o pelea entre dos, a consecuencia de un reto o desafío. Enfrentamiento entre dos personas o entre dos grupos. Significado 2: Del lat. tardío dolus ‘dolor’. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cementerio, o a los funerales.
Las dos definiciones aplican a lo que estamos presenciando en México:
1.- El duelo, esto es, el enfrentamiento entre dos visiones acerca de lo que debe ser la Suprema Corte de la Nación:
1. La de la 4T, que pretende desaparecerla para crear una nueva completamente distinta.2. La del resto de nuestra sociedad, que piensa en la lógica de que jamás se debe intentar arreglar lo que funciona para que no resulte peor el remedio que la enfermedad.
2.- El duelo, es decir, el dolor de quienes ven muerta a la SCJN:
1. Dolor de la 4T porque considera que está muerta la corte suprema como poder judicial transformador al servicio del pueblo.2. Dolor del resto de la sociedad mexicana, que ve que inclusive sin todavía haber fallecido la corte independiente que hemos conocido, el morenismo ya anuncia un gran funeral este mismo año con una iniciativa de reforma que la aniquilará.
En los medios se manifiestan los dos duelos
En efecto, en la prensa a diario vemos los dos sinónimos de duelo: enfrentamiento y luto. Quienes mejor lo ejemplifican son el monero de la derecha, Calderón, de Reforma, y el mucho más talentoso monero de izquierda El Fisgón, de La Jornada.
A ambos viñetistas les duele la corte suprema: al de Reforma porque piensa que la independencia de la SCJN ha muerto debido a los ataques de las 4T, y al de La Jornada porque ve a la cúpula del poder judicial totalmente acabada como instrumento de verdadera justicia para el pueblo.
Por lo demás, los moneros Calderón y El Fisgón están en un duelo feroz para ver quién pinta con más fealdad a ministros y ministras de la SCJN. Lamentable.
Valdría la pena tranquilizarnos todos y todas en México
El sistema de justicia debe cambiar para mejorar. Pero creo que se comete un error al pensar que el problema está en la corte suprema, que en mi opinión funciona aceptablemente bien, a pesar de algunos excesos terribles como el de haber impedido la distribución de los libros de texto gratuito, medida absolutamente criminal tomada por un ministro de la segunda sala de la SCJN, que por fortuna toda la primera sala de alguna manera corrigió.
El sistema de justicia no solo tiene que ver con el poder judicial federal, sino también con los tribunales locales —los más corruptos e ineficientes—, con las policías de todos los niveles y, sobre todo, con las fiscalías, la general de la república y las de cada entidad.
Comprendo la frustración del presidente AMLO ante las decisiones de la corte suprema que han frenado proyectos importantes del ejecutivo. Supongo que a la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, le debe preocupar la posibilidad de que interpretaciones constitucionales le echen abajo políticas públicas que ella considera necesarias e inclusive fundamentales para la gobernabilidad a partir del último trimestre de este año.
Pero, ni hablar, es mejor una corte suprema que sepa decirle NO al presidente o a la presidenta, que un alto tribunal entregado al poder ejecutivo.
Andrés, Claudia: vean a Milei, por favor
Suplico a Andrés Manuel y a Claudia leer una nota del diario Clarín, de Buenos Aires, Argentina: “Revés para el Gobierno: la Justicia determinó que el amparo de la CGT contra la reforma del trabajo quede en el fuero laboral”. Habrá muchas más notas como esa.
El deschavetado que ganó las elecciones presidenciales en aquel país ha pretendido cambiarlo todo por decreto. Allá son constitucionales los DNU, decretos de necesidad y urgencia, pero abusó el chiflagoras apellidado Milei, quien quiso construir una nueva Argentina, totalmente distinta, en unos cuantos días y por sus puros tompiates.
Lo peor es que Milei podría lograr el apoyo para su proyecto en el poder legislativo, vía negociaciones políticas y hasta económicas —el ejecutivo siempre tiene mucho que ofrecer a legisladores corruptos y ambiciosos—. Por fortuna, el poder judicial resiste y ya empezó a detener al presidente argentino.
Si se garantizara que siempre gobernarán México personas honestas e inteligentes como AMLO y Sheinbaum no habría problema.
Pero, ¿y si en el futuro llegara a la presidencia un pillastre como Alito Moreno —todas las posibilidades deben ser consideradas, nos gusten o no—? Este tipejo compraría sin dificultad la mayoría que le hiciera falta en el Senado y en la Cámara de Diputados y Diputadas, pero a la corte suprema actual no podría corromperla.
Habrá algún ministro deshonesto, pero la mayoría evidentemente no lo son. Estemos de acuerdo o no con la ideología de quienes integran la SCJN, ellos y ellas han demostrado que, como grupo, toman decisiones en la lógica de la Constitución —como cada quien la interpreta—, no en la lógica del poder.
Confío en que Lenia Batres dirá NO a AMLO o a Claudia si le parece que algún proyecto del ejecutivo no es constitucional. Sus colegas lo han hecho y ojalá sigan así, independientes. En general lo han hecho bien las siguientes personas:
Norma Lucía Piña Hernández.Alberto Pérez Dayán.Jorge Mario Pardo Rebolledo.Juan Luis González Alcántara Carrancá.Ana Margarita Ríos Farjat.Loretta Ortiz AhlfAlfredo Gutiérrez Ortiz MenaYasmín Esquivel Mossa.Luis María Aguilar Morales.Javier Laynez Potisek.
Lenia Batres Guadarrama también sabrá cumplir con la corte y con la Constitución.
Posdata
Revisé la página de internet de la SCJN y todavía no aparece la ministra Batres en la segunda sala. La ministra presidenta Piña debe remediar tal falta de inmediato, para que no se interprete como desaire por motivos ideológicos. Y, por favor, debe la corte cambiar de publicista.
Es no solo cursi, sino excesivo el lema que ahí aparece: #SomosLaConstitución. Sean serios: ministros y ministras no son la Constitución. Su función es interpretarla, nada más. El publicista que se inspiró en lo que se supone dijo Luis XIV —El estado soy yo— perjudica bastante a la corte suprema.