Chapulineo suavecito

Se trata de un fenómeno que por lo menos yo nunca había visto: personajes de la política “brincando” de partido político o corriente ideológica  de una manera muy “suave y discreta”.

Hay quienes sin tapujo, sin vergüenza y con todo el cinismo del mundo  van de un lado a otro, sin pudor alguno, concretan el terrible “chapulineo” vil.

Pero se están dando otros casos “especiales” en los que, sutilmente y con suavidad, “paso a pasito”, como diría la canción, se van cambiando de un lado al otro.

La mayoría de los que están haciendo este cambio “suave” van del bando de Xóchitl Gálvez hacia el bando de Claudia Sheinbaum.

Y es que sí, nada tontos, saben que si manifiestan su chapulineo abiertamente recibirán una cascada de insultos e improperios y su reputación se puede incluso ver mermada, por lo que como que no quiere la cosa, van abandonando a Xóchitl para estar del lado de Claudia.

Caso concreto: Guadalupe Loaeza, quien desde siempre y hace años se ha dicho ser de la derecha y que desde el comienzo de la contienda política apoyó con porras, columnas y vítores a Xóchitl Gálvez.

Pero de pronto vino el cambio, ese cambio que ellos creen que no notamos: escribió una columna como siempre refinada y educada, dando a entender que la chispa de Xóchitl se había apagado y que estaba muy desilusionada de ella.

Esto por supuesto es su pasaporte a Morena.

Y sin quererlo aceptar todavía, hace unas horas publicó en su cuenta de X que no puede haber peor político que Santiago Creel y escribió que él “es señal de derrota donde quiera que lo pongas”. Así o más morenista/sheinbaumista. (En realidad ¿cuál es el término para llamarle a las personas seguidoras de Claudia?)

Y así como con Guadalupe Loaeza, iremos viendo sutilmente una desbandada de columnistas, periodistas, críticos, conductores, actores, deportistas y demás que se irán despacito y sin hacer ruido junto a Claudia Sheinbaum.

¿Y por qué se van digamos del lado de ella de manera discreta pero segura? Porque hay que ser duros y contundentes: Claudia tiene todo el armamento político para ganar en estas elecciones. Entonces aquellos que son seducidos por Morena y aliados para cambiarse de bando saben que van a la segura y que quizá o ganen más dinero, o se posicionen mejor… ¡Y cómo no! Estar junto a la probable futura presidenta es garantía de parabienes para los que hoy están cambiando de partido.

Habrá otros que al no aceptar este chapulineo puedan incluso perder su trabajo si no están bajo la misma línea morenista. Habrá otros que sí tengan dignidad y la honestidad suficiente y necesaria que les hacen saber que no hay dinero que la puede comprar.

Habrá quienes otros que sepan que su rectitud vale más que el ofrecimiento “seductor” de cambiarse al otro lado. Pero de esos hay pocos.

Los hay, y ya muchos los que como Guadalupe Loaeza se van despojando de sus principios y valores, para irse de donde ya no hay y ponerse donde se puede y donde sí habrá.

No nos extrañe ver incluso a tuiteros con otras tendencias al escribir en X. Y todo eso le hace daño a la democracia porque la gente está confundida.

No saben si los que se van con Claudia Sheinbaum son comprados, no saben si los que dicen que Xóchitl se está apagando y se está debilitando están pagados y entonces hay toda una desinformación ciudadana que debemos de proteger.

Lo más sensato creo yo es que el que se quiera cambiar de partido o estar de lado de Claudia Sheinbaum, lo reconozcan  y lo acepten abiertamente  así tal cual.

Seguro les lloverán tomatazos y el llamado hate en redes pero ellos ya cumplieron con decir las cosas derechas.

Pero estos “sutiles” cambios/brincoteos que están dando varios  de veras que dan nauseas.

Porque aparentan ser lo que no son y pretenden que les creamos. Y todo a cambio de unas monedas más.

Estamos ya en el 2024, las cosas como son.

Es cuanto.

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