Odiador de AMLO e hijo del privilegio, Reyes-Heroles insulta a la gente pobre

No es malo ser hijo del privilegio. Inclusive mucho tiene de positivo. Para las personas inteligentes y medianamente responsables, el hecho de nacer y crecer sin limitaciones económicas proporciona acceso a la mejor educación. Es el caso de Federico Reyes-Heroles González-Garza.

¿Cuatro apellidos? En realidad, dos apellidos compuestos: Reyes-Heroles y González-Garza, los de su padre y su abuelo materno. Antes de continuar anticipo una objeción: no me estoy metiendo en su vida personal. El propio Federico Reyes-Heroles González-Garza autoriza a que se discuta en público su biografía, ya que en un libro sobre su padre dice:

“Cuando el padre —o el abuelo, lógicamente— es un hombre público, los recuerdos sobre él no son un patrimonio familiar, sino del obligado conocimiento ciudadano”.

Su primer apellido compuesto lo tomó de su papá, Jesús Reyes Heroles, destacado —por lo mismo poderoso— político de la vieja guardia: fue líder del PRI, secretario de Gobernación, de Educación y más.Su segundo apellido compuesto lo tomó de su abuelo materno, un prócer de la revolución, Federico González Garza, cercano a Francisco I. Madero.

Cualquiera se enorgullecería de tener un padre y un abuelo ilustres. Reyes-Heroles González-Garza publicó una biografía de su padre, Orfandad: El padre y el político. Y, en Excélsior, dio a conocer un breve perfil de su abuelo.

Cito lo que dice Amazon acerca de la biografía de Jesús Reyes Heroles escrita por su hijo Federico:

“Orfandad es más que una biografía de Jesús Reyes Heroles, es el recuerdo de Federico, su hijo, a treinta años de su muerte. Un hombre que por tres décadas transitó por los entretelones del poder en México”.“Conoció nietos que difícilmente lo conocieron a él. Murió con dignidad y sin arrepentirse de su forma de vida”.“Jesús Reyes Heroles no solo fue un prominente político durante los gobiernos de Ruiz Cortines, Echeverría, López Portillo y De La Madrid. También fue un padre. Un padre que murió joven. Apenas había cumplido sesenta y dos años cuando citó a sus dos hijos y a su esposa para avisarles que iba a morir. La causa, una enfermedad terminal”.“Federico tenía treinta años en esa época. Desde entonces, han pasado otras tres décadas. Federico Reyes Heroles nos entrega en Orfandad, un libro sobre su padre… Un político prominente durante dos décadas, en las que dirigió Pemex y fue secretario de Gobernación”.

Ahora cito lo que Federico Reyes Heroles dijo sobre su abuelo en el diario Excélsior:

“Por fortuna, uno de mis abuelos, Federico González Garza, dejó varios libros y muchos testimonios”.“Muy cercano a Madero, los dos de Coahuila, trabajó como telegrafista para pagarse sus estudios, tuvo un papel relevante en el Partido Antirreeleccionista, y fue gobernador del Distrito Federal en su gobierno”.“Acompañó a Madero de Chapultepec a Palacio el trágico 18 de febrero, día del arresto realizado por el general Blanquet, también estuvo preso”.“Después del golpe, tuvo que ir al exilio varios años. Él y mi abuela huyeron a Nueva York. Allá aprendió inglés, se acreditó ante la Barra, litigó, perdieron varios hijos, se la pasaron mal”.“Regresaron, fue senador, ministro de la Corte y terminó sus días en el Jurídico del Banco de México”.

Hijo y nieto de personajes de poder, Federico Reyes-Heroles González-Garza no ha batallado en la vida ni para pagar sus estudios ni, tampoco, para mantener una posición económica llena de comodidades. Es decir, nunca supo lo que es chingarle desde mero abajo. Qué bueno, lo envidio: felicidades.

Mi tocayo que publica artículos en Excélsior aprovechó muy bien la excelente situación patrimonial de su familia: creció en una residencia de clase alta en Chimalistac, en la capital del país, en la calle Arenal —prolongación de Francisco Sosa—, y su educación elemental la cursó en uno de los mejores colegios de su tiempo, el Alemán. Después, estudió mucho y ha tenido una vida académica rica en realizaciones. Reconozco y aplaudo lo que ha hecho.

Lo que no se vale es insultar a la gente pobre solo porque él, don Federico Reyes-Heroles González-Garza, detesta al presidente Andrés Manuel López Obrador. Cito lo que dijo hoy en su artículo de Excélsior:

“Los que reciben pensiones o diferentes apoyos (de parte de la 4T), según las cuentas de M. A. Casar, en 60% de los hogares —20.8 millones–—… Tampoco son ejemplo de ética ciudadana, hay algo de compra de conciencia”.

Que no mame. No voy a cuestionar el diagnóstico que hace Federico Reyes-Heroles González-Garza del México anterior a la 4T, al que casi presenta tan desarrollado como Suiza —las ridiculeces no vale la pena ni siquiera intentar refutarlas—, así que solo diré que es lamentable que un hombre culto diga que los programas sociales compran la conciencias de millones de personas pobres que, la verdad sea dicha, han vivido en la miseria porque antes de que AMLO llegara al poder nadie desde el gobierno les había tendido la mano; tampoco lo hizo el papá del articulista de Excélsior.

Es verdad, al padre del columnista de Excélsior se le considera el gran ideólogo del viejo sistema político mexicano, el priista. Un sistema poco democrático y bastante corrupto que el PAN en la presidencia dejó vivo, pero que desparecerá con el segundo sexenio de la izquierda en el poder. Sí, porque la izquierda ganará las elecciones presidenciales de 2024 con Claudia Sheinbaum.

Si eso no le gusta al señor Reyes-Heroles González-Garza, que le ponga flores —así decíamos en aquella jodidísima escuela del centro de Monterrey en la que estudié la primaria—.

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