Se fue el 2023

Estamos a días de que concluya el 2023, un año que, sin lugar a dudas, nos dejó una gran reflexión en muchos aspectos. El primero, queda claro, el inicio del quinto y último periodo del presidente López Obrador. De hecho, nunca, en la historia contemporánea de México, habíamos visto un compromiso y una entrega total con las políticas públicas que, en gran medida, hemos sido testigos en los cambios estructurales que, gracias al esfuerzo y la coordinación con el legislativo, se hicieron realidad. En ese sentido, tenemos que reconocer el papel clave que llevó a cabo el Senado de la República.

Como respuesta a las iniciativas planteadas, la cámara alta siempre ha estado al llamado del presidente López Obrador. Pese a que el Senado ha sido objeto de mucha presión, se ha privilegiado el diálogo al más alto nivel político. Recuerdo que, en varios momentos, se vivieron etapas apasionantes con su mayor protagonista, Ricardo Monreal, que nunca dudó en entregarse al máximo para cumplir la encomienda y, a su vez, sacar los temas con la votación requerida, inclusive llevándolos a otras latitudes por la flexibilidad y apertura que dio a cada uno de los rubros. Incluso, en la mayoría de los casos, se aprobaron por consenso lo que deja claro que, tras bambalinas, Monreal supo tejer fino.

Tengo la impresión, lo he dicho una y otra vez, que por esa razón Ricardo Monreal regresó al Senado de la República después de haber solicitado licencia para buscar la precandidatura de Morena a la presidencia. De hecho, su retorno, se apoderó de toda la atención de los medios de comunicación. Y, un activo como él, por supuesto, tiene que estar presente en el cierre del último semestre legislativo que, desde mi punto de vista, ha sentado un precedente en la historia, por lo que ha representado el avance en materias trascendentales para el desarrollo y progreso del territorio nacional.

A lo largo de este 2023, de igual forma, vivimos un apasionante proceso interno de Morena, con grandes referentes del movimiento. Es verdad, fue un ejercicio histórico por la llegada de la primera mujer a la antesala de la silla presidencial, pese a las circunstancias como se dieron. Ahí, de nueva cuenta, hay que reconocer la altura de miras que tuvo Ricardo Monreal para darle vuelta a la página y, con ello, sumarse al primer círculo de trabajo donde, queda claro, se tomarán las decisiones en torno al futuro de lo que vendrá en puerta. Uno de esos aspectos, sin duda, será el triunfo contundente de Sheinbaum en la elección que viviremos en unos meses.

Se puede apreciar, con mucha claridad, el camino sólido que ha marcado Claudia Sheinbaum de un tiempo para acá. Solo por mencionar un ejemplo, la abanderada de Morena, en este mes de diciembre, promedió uno de los porcentajes más altos de intención del voto. Eso habla de que la voluntad del pueblo sigue inclinándose por la causa lopezobradorista. De hecho, entendemos que es así por el ánimo social que se percibe, lo mismo que los altos índices de aprobación del presidente Obrador. Él, en ese sentido, sigue siendo el principal referente y la pieza clave para el efecto de la población civil. Por esa sencilla razón, podemos decir que el 2023, en términos de eficiencia, culminará con grandes acciones que el mandatario puso en marcha.

El presidente puede presumir, en la antesala del fin de su sexenio, que le ha cumplido al pueblo de México lo que prometió. La corrupción, que fue un lastre que se enraizó en los gobiernos del PAN y PRI, ha sido desterrado, en buena medida, con la voluntad de las instituciones públicas y, por supuesto, de los funcionarios comprometidos que son parte del gabinete.

De igual forma, atendió el tema de los programas sociales como la principal punta de lanza de la administración. Al mismo tiempo, respondió a cada una de las demandas que aquejaban al país, eso sí, sin flaquear en los momentos de mayor tensión como el que padecimos en tiempos de pandemia.

Vendrá, sin lugar a dudas, la continuidad del proceso de transformación que inició AMLO, una vez que Sheinbaum gane la elección presidencial. Es verdad, tendrá su propio estilo, pero en términos de transformación, no cambiará absolutamente nada. Será la concepción clara de la profundización de las políticas públicas de la 4T. Es decir, Claudia seguirá construyendo un país más próspero y democrático, eso sí, con el respaldo irrestricto de la mayoría de la población.

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