Si Sarmiento le preguntara a Sheinbaum ella respondería: ‘López Obrador’

Me enviaron el video de un programa televisivo de debate político. En este artículo lo reproduzco al final. Lo relevante del video que me hicieron llegar tiene que ver con una opinión del periodista Sergio Sarmiento acerca de que Claudia Sheinbaum es la figura más importante del año que ya se acaba. El colaborador del Reforma y de El Heraldo Radio da argumentos muy sólidos para apoyar su punto de vista. Después, su colega Denise Maerker coincide con Sarmiento…

Estoy de acuerdo, Claudia ha tenido un año espectacular, ya que primero venció contundentemente a Marcelo Ebrard en la contienda interna de Morena y ahora lidera las encuestas de preferencias electorales con ventajas nunca vistas de hasta 52 puntos porcentuales sobre su rival de oposición.

Las razones del éxito de la doctora Sheinbaum son numerosas:

Hay gente que la admira por su trayectoria científica de primer orden.Otras personas reconocen el extraordinario trabajo de Sheinbaum al frente de la Ciudad de México.Sobran votantes que la admiran por su seriedad y capacidad de trabajo.Y me parece que todo el mundo reconoce la principal de las virtudes de Claudia: la honestidad que evidencia su un estilo de vida personal austero, sencillo, sin excesos de ningún tipo.

Con diferencias de 52 puntos porcentuales a su favor, Claudia está logrando lo que nadie ha podido desde el sexenio de Ernesto Zedillo: que gane las elecciones presidenciales la candidatura del gobierno en turno.

El candidato de Zedillo era Francisco Labastida y Vicente Fox le ganó.El candidato de Fox era Felipe Calderón y este perdió en 2006 —llegó a la presidencia por la traición democrática que estuvo detrás de un enorme fraude electoral contra AMLO—.La candidata del gobierno de Calderón, Josefina Vázquez Mota, no solo perdió frente a Enrique Peña Nieto sino que se fue al tercer lugar, lo que refleja el enorme rechazo al calderonismo.El candidato de Peña Nieto, José Antonio Meade, fue derrotado por Andrés Manuel López Obrador; Meade, como Josefina, también quedó en tercer lugar: así castigó la gente al peñanietismo.

El hecho ahora es que Claudia Sheinbaum romperá la mala racha de los partidos en el gobierno. Esta doctora en ingeniería, que ha demostrado habilidades sobresalientes en la administración pública, no solo triunfará en las elecciones que se celebrarán en unos pocos meses, sino que arrasará.

Es tal la fuerza de la candidatura de Claudia que ya está provocando la aniquilación definitiva del viejo, autoritario y durante muchas décadas invencible PRI. No es poca cosa.

Mucho del mérito es de Claudia Sheinbaum, desde luego, pero si a esta mujer de ciencia, rigurosa en el análisis, capacitada para el razonamiento objetivo se le preguntara la razón principal de su increíblemente triunfante 2023, creo que sin vacilar respondería: “Andrés Manuel López Obrador”.

Científica antes que política, Claudia no está entrenada para mentirse a sí misma ni siquiera si eso lo exigiera la estrategia política. Así que ella lo sabe: será presidenta gracias a sus méritos académicos, a su trabajo político y a sus virtudes personales, pero sobre todo será la primer presidenta de México porque en su biografía política esta mujer siempre ha hecho suyo el grito que se popularizó en 2006: “¡Es un honor estar con Obrador!”.

Claudia ha estado con Andrés Manuel no por ambiciones de poder, sino por idealismo, por ganas de conseguir lo que parecía imposible: cambiar el sistema político mexicano.

Claudia hace ya bastantes años decidió entregarse a la lucha dirigida por López Obrador que no buscaba simplemente llegar a la presidencia, sino transformar radicalmente la vida pública en México. Si Andrés Manuel solo hubiese querido mandar en el poder ejecutivo, hoy sería expresidente: habría pactado en 2006 con algunos grandes medios de comunicación y con los principales potentados mexicanos y nadie lo habría combatido a la mala.

Pero AMLO no pactó y el fraude electoral le quitó la presidencia de México. Algunas personas nos desesperamos porque no vimos posibilidades de cambiar las cosas y nos alejamos del movimiento obradorista. Pero la gente más leal, la más convencida de que no se podía dejar de luchar se quedó a lado de Andrés Manuel sin esperar ni pedir ningún tipo de recompensa.

En 2006 no pocos perredistas conocidos llegaron a cargos de poder en la Ciudad de México y en poder legislativo gracias a los votos que consiguió López Obrador. En ese grupo abundaron las traiciones y, por ese motivo, en los medios la comentocracia decretó la muerte del obradorismo. A AMLO no le importó y siguió construyendo el camino, su camino para transformar a México. Claudia Sheinbaum en ningún momento dejó de estar ahí, al lado de Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, ni duda cabe, la gente identifica a Claudia como la persona más fiel al obradorismo y, por lo tanto, como la más calificada para consolidar el nuevo sistema político creado por Andrés Manuel. La sociedad mexicana no se engaña, sabe que la gigantesca sacudida que López Obrador le ha dado al sistema terminará siendo muy positiva para la nación solo si hay continuidad, desde luego con los ajustes que se deban realizar el próximo sexenio.

Todo apunta a que Claudia gobernará un México absolutamente distinto al que conocemos:

Un país con todavía más gobernadores de izquierda.Una nación probablemente con amplias mayorías de Morena en el Senado y en la Cámara de Diputados y Diputadas.Un México con un poder judicial distinto, en el que personalmente deseo continúen prestando sus servicio la mayoría de los y las juristas brillantes que hoy participan en la SCJN.Una sociedad, la que gobernará la presidenta Sheinbaum, con más empresas privadas…, y más significa precisamente eso, más porque, la verdad sea dicha, la 4T no fomenta ningún tipo de socialismo o sistema económico de planificación centralizada, sino mucha más competencia entre hombres y mujeres de negocios a quienes regule un Estado fuerte que sea capaz de participar con eficiencia y sin corrupción en sectores que necesariamente deben ser de propiedad pública.Un México, el que gobernará Claudia, ya sin el PRI, partido que debió haber muerto en el año 2000 pero que siguió con vida artificial debido a las complicidades en que de inmediato cayó Vicente Fox.Un país, el de Claudia, que conocerá a un PAN renovado después de la terrible derrota que sufrirá en 2024; en el panismo, si hay inteligencia —y estoy seguro que la habrá—, sus militantes emprenderán pronto una refundación que empezará por marginar a su corrupta dirigencia actual para volver a los principios democráticos que guiaban e inspiraban a panistas honestos de otros tiempos.

Claudia gobernará un México totalmente nuevo, y mejor. El mérito es de ella, pero también —y sobre todo— de López Obrador.

Claudia estará de acuerdo conmigo en lo que diré enseguida: que la gran figura del año 2023, contra lo que dijeron Sergio Sarmiento y Denise Maerker, no es Claudia Sheinbaum sino Andrés Manuel López Obrador, a quien todavía no le hemos organizado el gran homenaje que merece.

AMLO se retirará el próximo año. Ojalá nos demos tiempo en algún momento del sexenio 2024-2030 para entregarle el gran aplauso que ha ganado. Estoy convencido de que la presidenta Sheinbaum encabezará la ovación.

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