¿Que pasó con Argentina?

Ahora que el presidente electo de Argentina, Javier Milei, comentó en su toma de protesta que hace 100 años eran potencia mundial, escribo el presente ensayo al respecto.

Puedo asegurar, en base a mi experiencia personal familiar, que en la misma época en la que en México estaban reorganizándose para establecer un equilibrio social y económico después de la tan inentendible Revolución Mexicana de 11 años de duración, Argentina, de hecho, ya era potencia mundial.

Mi bisabuelo paterno, de nombre David, tocayo del Rey de Israel y del general Eisenhower, inmigró a éste gran país llamado México proveniente de la ciudad de Aleppo, en Siria, actualmente destruida por un conflicto también inentendible; cuando el mandato británico decidió controlar esa zona que ellos mismos nombraron “Medio Oriente”, mi bisabuelo tomó un barco trasatlántico hacia el Puerto de Veracruz, a pesar de que pocos años antes había naufragado en esa ruta el Titanic, y llegó a México, porque los Estados Unidos, que era su sueño, bloquearon la entrada a los extranjeros como parte del Wilsonismo de la época.

Mi bisabuelo David fue un empresario muy importante de México, y justo cuando finalizó la Revolución Mexicana, en 1921, viajó a Argentina a comprar máquinas alemanas para fabricar tela, junto con su esposa embarazada, quien parió allá a mi abuela paterna, desde esa época Argentina tenía tan buena relación diplomática con Alemania, y poseían la concesión de la venta de dichas máquinas.

Por eso comenzó la problemática política, social, y existencial en Argentina, por ser aliados comerciales de los vencidos en la Primera Guerra Mundial, de alguna manera, y esa alianza continuó, tanto, que después de la consecuente Segunda Guerra Mundial, el país de predilección para inmigrar de los alemanes sobrevivientes de esa catástrofe existencial también, era Argentina, incluyendo a Afolf Eichmann, y a muchos más que decidieron viajar allá gracias a las facilidades que les otorgó en su momento el gobierno peronista, y claro que muchos de ellos no eran nazis ni simpatizantes, pero éste fenómeno migratorio generó muchos conflictos imperialistas, incluso el mismo Churchill llegó a decir por tal evento que Perón era el único católico que había quemado su iglesia.

Y ese mencionado imperialismo culminó en intervencionismo a Argentina, de muchas maneras, incluyendo el de Israel cuando secuestran a Eichmann allá, con pleno derecho de enjuiciar al último nazi de alto rango sobreviviente a finales de los 50′s, y a la muy lamentable guerra de las Malvinas, entre otros sucesos de intervencionismo disfrazados de diplomacia que tanto han afectado a Argentina, y a toda Latinoamérica.

Otro de los simpatizantes nazis que tuvieron que escapar de Alemania fue Oppenheimer, pero por sus conocimientos en energía nuclear, fue mejor acogido en los Estados Unidos que en Argentina, aunque yo pienso que hubiera él preferido ir a Argentina, repito, donde prosperó su prole socialmente, pero no, políticamente, haciendo que Argentina sufriera las consecuencias ideológicas del intervencionismo mencionado por haber sido aliada de Alemania, hasta nuestros días. Finalmente, mi padre tuvo que nacionalizarse como mexicano al cumplir la mayoría de edad por ser hijo de su madre argentina.

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