Monreal, el Senado, la SCJN y la aspirante de Querétaro

La próxima semana se resuelve quién ocupará el cargo de ministra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Tres mujeres valiosas integran la terna presentada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al Senado de la República: Celia Maya García, Loretta Ortiz Ahlf y Yasmín Esquivel Mossa.

Desgraciadamente Ortiz y Esquivel enfrentan obstáculos difíciles de superar… si la 4T desea ahorrarse duros cuestionamientos.

Una de ellas, por culpa de su esposo. La otra, también por culpa de su esposo. Los maridos de ambas —José Agustín Ortiz Pinchetti  y José María Rioboó— son muy cercanos al presidente López Obrador. El primero es fiscal electoral, recientemente nombrado; el segundo, tuvo una fuerte participación en el debate sobre la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco, lo que no benefició a su imagen de ingeniero independiente.

Desde luego, lo anterior no es ilegal ni significa necesariamente que Loretta Ortiz Ahlf y Yasmín Esquivel Mossa tengan conflictos de intereses, pero sin duda habría fuertes críticas si cualquiera de ellas llegara a la SCJN.

La tercera aspirante, Celia Maya, no enfrenta ese problema: magistrada de un tribunal local —en Querétaro—, su marido no participa ni en el gobierno federal ni en el local, ni tampoco se sabe que sea inversionista en proyectos de infraestructura.

Es decir, ni Maya García ni su marido pueden presumir una amistad estrecha con el titular del poder ejecutivo. El mayor pero, tal vez el único que se le puede poner a la magistrada Celia Maya García es que ha sido cercana a Morena, pero nada más.

Como la señora Maya García es desconocida en los círculos políticos de la Ciudad de México —su trayectoria de más de 40 años impartiendo justicia se ha desarrollado en Querétaro—, conviene recordar su biografía.

La jurista Maya García fue jueza durante seis años y ha sido magistrada durante 34 años. Al mismo tiempo, desde hace 33 años ha impartido cátedra en la Universidad Autónoma de Querétaro, a la vez que durante mucho tiempo ha producido y conducido un programa de Radio Universidad en el que toca todo tipo de temas, siempre desde el punto de vista de la izquierda mexicana, algo por lo demás bastante complicado en tierras queretanas, donde la derecha —inclusive la derecha extrema—domina en todos los grupos sociales.

En su formación destaca un hecho menos frecuente de lo que sería deseable en el sector público mexicano: Celia Maya se formó, desde la primaria hasta la universidad, en escuelas públicas.

La experiencia de tantos años de Celia Maya en el poder judicial le da ventajas adicionales sobre las otras aspirantes.

Loretta ha adquirido profundos conocimientos en derecho internacional.

Yasmín Esquivel tiene más experiencia por ser magistrada en el tribunal administrativo de la Ciudad de México; inclusive cuenta con una práctica en el derecho agrario. Pero la Corte poco trata esos asuntos debido a que los mismos suelen quedarse atorados en los tribunales agrarios.

No puedo saber qué decidirán los senadores y las senadoras. Pero pienso que la desconocida, por su mayor experiencia como juzgadora y por no gozar de una cercanía personal con el presidente López Obrador, no solo no debe ser descartada —por desconocida que resulte para los integrantes del Senado—, sino que inclusive tendría que ser considerada como la opción más adecuada.

Ricardo Monreal, Martí Batres, Miguel Mancera,, Martha Lucía Mícher, Nestora Salgado, Miguel Ángel Osorio Chong y el resto de los senadores y senadoras tienen la palabra.

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