Xóchitl contra el Estado
Los morenistas quieren pensar y hacer creer que las próximas elecciones presidenciales están cantadas, que Claudia Sheinbaum será la ganadora, que no será necesario acudir a las urnas, que la campaña de Xóchitl está perdida y que todo consistirá en un trámite para que el partido de AMLO alcance no solamente la cabeza del Poder Ejecutivo sino también las dos terceras partes del Congreso.
Para desgracia de la democracia mexicana, no están lejos de alcanzarlo. De acuerdo con todos los sondeos de opinión -sí, todos- Claudia encabeza las preferencias electorales con al menos 20 puntos, si nos referimos a la encuesta de Reforma, es decir, la más optimista de todas. Otras casas de opinión la sitúan por encima de los 40 puntos de ventaja. Deberemos seguir el desarrollo de las preferencias tras la salida de Samuel García, y ante la ausencia de candidato de Movimiento Ciudadano.
Está cómoda ventaja aparente de la ex jefa de Gobierno responde, entre otros factores, al amplio conocimiento que los mexicanos tienen de ella; conocimiento estrechamente ligado a la popularidad de AMLO y a la campaña ilegal que fue montado a su favor en el periodo previo al inicio de las precampañas.
Sí, la elección del próximo año será, a todas luces, una elección de Estado. Por un lado, AMLO, primer violador de las leyes electorales, ha hecho caso omiso de las medidas cautelares interpuestas por el INE, a la vez que este organismo ha señalado abiertamente, a pesar de permanecer acéfalo en varios de sus órganos, de una utilización no reportada de recursos de procedencia desconocida. He allí, pues, el primer elemento indicador.
En segundo lugar, Claudia contará con todo el apoyo del aparato del Estado, desde el presidente y las secretarías de Estado federales, hasta los gobiernos estatales y las alcaldías. ¿O creerá el lector que personajes como Delfina Gómez dejará intactos los bolsillos de su entidad? ¿Debemos olvidar que la gobernadora del Estado de México operó ilegalmente el cobro de un diezmo a los trabajadores de Texcoco para destinarlo a las arcas del partido? ¿Podemos esperar que no se ejecutará una operación similar en las elecciones de 2024?
En adición, Sheinbaum contará también con el apoyo de organismos del Estado tales como la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas. Éstas resultarían especialmente funcionales en caso de un conflicto post electoral.
En suma, sí, es una elección de Estado. Xóchitl, en medio de una vorágine de querellas en el interior de los partidos que la postulan, sumado al hecho mismo de que la senadora es escasamente conocida, tendrá que superar gigantescos obstáculos hacia una verdadera posibilidad de triunfo en 2024. Morena por su parte, buscará, a la vieja usanza priista, reproducir lo que AMLO y líderes del pasado tanto denunciaron.