Guerra Rusia Ucrania día 642: Rusia y Ucrania siguen en fuertes embates; objetivo ucraniano dejar de ser vulnerable en 2024 y más
La guerra entre Rusia y Ucrania llega a su día 642 desde su comienzo el pasado 24 de febrero de 2022, cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una “operación militar especial” para liberar a la población prorrusa de la región ucraniana de Donbás.
Hoy lunes 27 de noviembre 2023, Rusia y Ucrania siguen en fuertes embates entre líneas ofensivas y defensivas sobre Río Dnieper y Donbás.
Rusia y Ucrania no parecen dispuestos a declarar una tregua como han hecho Israel y el grupo islamista Hamás, pese a que ambos presidentes, el ruso Vladimir Putin y el ucraniano Volodímir Zelenski, han hecho paralelismos entre ambos conflictos.
Putin acusa a Israel y Ucrania de atacar indiscriminadamente objetivos civiles, mientras que Zelenski ha comparado abiertamente al Kremlin con Hamás.
Ambos bandos hacen acopio de pertrechos para el invierno. Nadie habla de una posible pausa navideña después de que Moscú rechazara ya la posibilidad de una tregua olímpica a mediados de 2024.
De hecho, Moscú ha intensificado los ataques en todo el frente, especialmente en torno a los bastiones de Avdivka (región de Donetsk) y Kúpiansk (Járkov).
Ucrania, cuya capital fue esta madrugada objeto de un ataque masivo con drones, sigue intentando avanzar al sur del río Dniéper, aunque sus altos cargos reconocen abiertamente que están a la defensiva en el resto de sectores.
Rusia aspira a reducir sus emisiones de carbono a cero para 2060
Rusia espera reducir sus emisiones de carbono a cero para 2060, su principal tesis de cara a la próxima cumbre climática (COP28) que arrancará este jueves en Dubái.
”Como participante responsable de los esfuerzos globales en la lucha contra el cambio climático, Rusia prevé reducir sus emisiones de carbono a cero antes de 2060″, declaró el presidente ruso, Vladimir Putin, durante su intervención telemática en la cumbre del G20 celebrada el pasado miércoles.
Según el líder ruso, Rusia emplea para ello “todas las herramientas accesibles y efectivas para reducir los gases de invernadero”, incluyendo “la energía atómica, la energía hidráulica, el incremento de la capacidad de absorción de los bosques, tecnologías ecológicamente limpias en todos los sectores de la economía”.
”Y, por supuesto, nuestro país continuará ofreciendo su aporte al cumplimiento equilibrado de los objetivos de desarrollo sostenible, la conservación del clima y la biodiversidad del planeta, la transformación digital de la economía mundial y la seguridad alimentaria y energética”
Vladimir Putin
Rusia, que hasta el momento no ha ofrecido detalles sobre la delegación que enviará a la cumbre climática, ha recalcado en varias ocasiones su apego a los compromisos asumidos en el Acuerdo de París sobre el clima, que Moscú firmó en 2016 y ratificó en 2019.
En vísperas de la anterior Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en noviembre pasado en el balneario egipcio de Sharm el Sheij, el enviado ruso al evento, Ruslán Edelguériev, sostuvo que Rusia continuaría cumpliendo con este acuerdo pese a las sanciones impuestas por la guerra en Ucrania.
El objetivo de Ucrania para 2024: dejar de ser vulnerable a los ataques aéreos rusos
Sin las armas suficientes para avanzar en el frente, Ucrania debe conformarse por el momento con desgastar al enemigo y minimizar las vulnerabilidades propias en un conflicto que se prevé largo.
El año que termina ha estado marcado por la guerra asimétrica que los ucranianos han llevado con éxito en el Mar Negro, donde la Flota Rusa se ha visto obligada a retirarse a sus costas en el este.
Este revés inesperado para el Kremlin -que el Ministerio de Defensa británico ha calificado de “derrota funcional” rusa- ha permitido a Ucrania reabrir parcialmente sus puertos y reducir la presión sobre su territorio que suponía tener a submarinos y portamisiles rusos cerca de sus costas.
Si este ha sido el año de los éxitos en el mar, Kiev espera que el que viene sea el de la victoria en el cielo, a la espera de circunstancias más propicias para lograr también avances por tierra que le permitan recuperar su territorio.
”En 2023, Ucrania expulsó a la Flota Rusa de la mayor parte del Mar Negro. 2024 debe ser el año en que Ucrania expulse a Rusia de sus cielos”
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania
Para conseguirlo, explicó, Ucrania deberá recibir más sistemas de defensa aérea de sus aliados occidentales, que siguen enviando a cuentagotas nuevos lanzamisiles Patriot, Hawk o IRIS-T de cara al invierno, cuando se teme que Rusia lance otra campaña de bombardeos contra la infraestructura energética.
Uno de los objetivos de la Administración Zelenski es garantizar la seguridad de las principales “7 u 8 ciudades” de Ucrania con sus respectivas regiones, de manera que “millones” de refugiados regresen del extranjero y reactiven la economía para “reducir la dependencia” del país de una ayuda internacional que podría menguar.
Proteger las infraestructuras agrícolas y portuarias que Rusia ha bombardeado repetidamente en la segunda mitad de este año es otra de las prioridades ucranianas.
”Esto nos permitirá exportar cientos de miles de toneladas adicionales” de productos agrícolas, ha destacado Zelenski.
El jefe del Estado ha subrayado que dotar a Ucrania de defensas antiaéreas suficientes es una inversión provechosa para sus aliados: cuantas menos infraestructuras pueda destruir Rusia, menos dinero habrá que invertir en la reconstrucción del país invadido.
El escudo antiaéreo que aspira a desplegar Zelenski sobre sus puertos y grandes ciudades es ya una realidad en Kiev, donde se han posicionado los mejores sistemas de defensa recibidos de Occidente y se ha conformado una arquitectura de protección capaz de interceptar todos los drones y tipos de misiles que tiene Rusia.
La realidad es mucho menos alentadora en el resto de regiones de Ucrania, en las que los rusos pueden alcanzar muchos de los objetivos que se proponen mediante el uso de misiles difíciles de interceptar o a través de las tácticas de saturación que utilizan para desbordar a las defensas ucranianas donde éstas son más escasas.
Rusia estrecha el cerco en el Donbás y obliga a Ucrania a ponerse a la defensiva
El ejército ruso y el ucraniano se han intercambiado los papeles, pues el primero está ganando terreno en el Donbás y en el sector nororiental del frente, mientras que el segundo acusa la falta de munición occidental en su contraofensiva en el sur, aunque se mantiene firme en la margen izquierda del río Dniéper.
Todo apunta a que, después de muchos meses, Rusia ha recuperado finalmente la iniciativa en varios sectores del frente. Esto no ocurría desde la toma de Bajmut (Donetsk) en mayo pasado.
Los expertos consideran que Kiev no dispone, a día de hoy, de un ‘kulak’ (‘puño’) -en forma de tropas bien equipadas, tanques y blindados- suficientemente potente como para alcanzar siquiera la plaza fuerte rusa de Tokmak, en la región sureña de Zaporiyia.
El avance ucraniano en la zona se ha visto ralentizado aun más por la llegada del invierno, lo que complica los planes de alcanzar en los próximos meses la costa del mar de Azov.
El ejército ruso habría lanzado la semana pasada su tercera ofensiva general desde principios de octubre para reducir al mínimo el cuello de botella que permite la llegada de pertrechos y refuerzos, y, de esa forma, cercar Avdivka.
El Estado Mayor ucraniano admitió abiertamente este domingo que Moscú no deja de intensificar su presión sobre Avdivka, donde en las últimas 24 horas los ucranianos rechazaron 23 ataques con un alto coste de vidas y equipos para el enemigo.
Eso sí, debido a las condiciones climáticas y la falta de visibilidad, los ataques incluyen cada vez menos columnas motorizadas y aviones, y más soldados de infantería.
Según el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW), la imágenes geolocalizadas confirman avances rusos al norte de Krasnogorivka, a siete kilómetros de Avdivka.
Blogueros afines al Kremlin aseguran que unidades rusas también avanzaron en el polígono industrial -Ribar asegura que las tropas rusas ya controlan totalmente la zona-; en una estación de tren al sureste, en el pueblo de Stepove -a cuatro kilómetros de la ciudad- y cerca de la planta de coque, aunque el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, siglas en inglés) no puede confirmarlo.
Según el parte de guerra ucraniano, los rusos tampoco renuncian a tomar Márinka, más al sur en Donetsk, y también intentan recuperar posiciones en Zaporiyia, especialmente en la localidad de Robotine, bajo control ucraniano.
Las defensas antiaéreas rusas abortaron el domingo un ataque con misiles en el mar de Azov, donde se encuentra el puente que une Crimea con la Rusia continental, objetivo prioritario del ejército ucraniano.
Se trataba de dos cohetes lanzados desde un sistema antiaéreo S-200 contra objetivos terrestres, según explicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
El jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasili Maliuk, aseguró que el puente de Crimea está “condenado” y que los ataques de los últimos meses impiden que funcione como cadena logística del ejército ruso.
“Los drones han demostrado la vulnerabilidad del puente de Crimea, en cuya defensa Rusia invirtió mil millones de dólares. Hemos destruido el mito de que Rusia es invencible (…). Habrá continuación. Tendremos muchas sorpresas”, afirmó.
Las operaciones de sabotaje contra el puente y la propia Crimea se han intensificado según se acerca el décimo aniversario de la anexión rusa de la península, en marzo de 2014.
A falta de éxitos en el frente, el ejército ucraniano lanzó un ataque masivo con drones contra las afueras de la capital rusa y las regiones de Moscú; Tula, famosa por su industria militar; Kaluga; Smolensk y Briansk, que comparte frontera con Ucrania.
Según informó el Ministerio de Defensa ruso, los veinticuatro aparatos no tripulados enemigos fueron derribados por las defensas antiaéreas durante la madrugada y a lo largo de la mañana.
El ataque ucraniano es una represalia por el realizado el sábado por Rusia con 75 drones, la mayoría de los cuales tenían como objetivo Kiev, donde resultaron heridas cinco personas
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, precisó que, durante “el ataque masivo” de hoy, varios drones fueron abatidos en las inmediaciones de la ciudad.
Los drones causaron algunos desperfectos, pero no llegaron a alcanzar el territorio de la urbe, de 13 millones de habitantes.
Con todo, los aeropuertos internacionales de Domodédovo y Vnúkovo, que se encuentran en los alrededores de la capital rusa, tuvieron que suspender provisionalmente las operaciones.
Horas después, Kiev dijo haber abatido ocho de los nueve drones suicidas rusos que martillearon territorio ucraniano.