Marcelo Ebrard y el fin de su carrera política
En verdad que lo que siento por Marcelo Ebrard es lo que le llaman “pena ajena”.
Sí, me da pena ver cómo se le ha humillado, ignorando, vapuleado y hasta regañado públicamente. Las “observaciones” que le han hecho Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum cada uno por su lado, no han sido privadas ni en corto. Han sido públicas.
La conclusión es evidente: Marcelo Ebrard simplemente ya no tiene lugar en Morena, aunque quiera caber, ya no cabe ahí.
Ya se lo trataron de dar a entender de muchas maneras y el hombre sigue insistiendo con algo que francamente es un enorme absurdo: Esto de querer hacer su mini partido dentro de Morena es inviable y es una idea por demás estúpida.
Y no es que yo sea morenista pero le doy la razón a Claudia Sheinbaum: nadie en la política puede pretender armar sub-grupos o sub-partidos dentro de un partido. Y si bien, la ex jefa del gobierno capitalino no tiene un carácter dulce y dócil siempre, en su video de ayer realmente se le vio enfurecida al aclararle contundentemente a Marcelo que en Morena no hay ni habrá ni una, ni dos, ni tres fuerzas sino que todos van unidos, es decir, o todos la apoyan o si no, se van… O si no, no serán.
Me hubiera gustado francamente ver con ese arrojo y ese enojo a Sheinbaum en torno a temas más dolorosos y emergentes para el país, pero bueno, queda claro que la enojó muchísimo Marcelo y sus posturas.
Y es que seamos claros, ya tenía mucho tiempo que la ex jefa del gobierno capitalino no simpatizaba con Ebrard y viceversa. Se notaba la tensión entre los dos cuando se encontraban juntos en algún evento del presidente. Ni ella apostó por aventarle porras a Ebrard ni él demostró su predilección por Claudia.
Pienso que Marcelo Ebrard fue usado nada más por el presidente. Su figura política tuvo trascendencia y relevancia durante la pandemia y con aquel famoso “misión cumplida, señor presidente” de parte de Ebrard se le intentó colocar/inventar un personaje heroico en donde gracias a él se habían tramitado los envíos de otras partes del mundo de vacunas contra Covid a México.
De pronto, poco después, se empezó a ver una traición velada de parte de Marcelo hacia el presidente. Su mundo de comunicación y expresión fue TikTok y ahí empezó a tomar importancia como un “joven influencer”, digamos a la “Zaldívar”, para que me entiendan.
Se hacía entrevistar por personajes famosos o su contenido tenía que ver con temas que conectaban con los más jóvenes. Ahí entre él y el ahora gran amigo obradorista ex ministro Zaldívar, se dan sus competencias por ver quién es el mejor tiktokero en aquella red social.
En una de estas entrevistas que le hicieron a Ebrard para su cuenta de TikTok, hubo una que le realizó el Jorge “El Burro” Van Rankin, en el que, desde su despacho, narraba cómo había sido él, el que prácticamente fue casi casi jefe de Andrés Manuel López Obrador y que casi casi gracias a él, AMLO era presidente.
Ahí ya era claramente era evidente que la relación se había roto y que Marcelo iría por su camino.
Como canciller tuvo unas cuantas apariciones que no hicieron más que colocar a Ebrard como un buen traductor en lugar de funcionario de Relaciones Exteriores. Y todas las resoluciones y puntos que abordaba eran los que el presidente le decía decir o hacer, nada salía de Ebrard y se le notaba en la cara.
Y ahora pues se viene, ooootra vez, un show con luz y sonido este domingo para ratificar a Claudia Sheinbaum como precandidata única a la Presidencia por Morena, pero ¿no ya se había hecho ese show hace unos meses en el World Trade Center?
Un nuevo gasto innecesario y ofensivo sobre todo en días donde Acapulco podría recibir ese dinero para su reconstrucción que el show y la faramalla.
Pero este show que se realizará el domingo 19 es básicamente para que quede muy clarito que Marcelo Ebrard ya no tiene cabida alguna en la elección por un cargo presidencial y ni siquiera por algún otro cargo.
Lo peor de todo es que Marcelo lo sabe pero sin una pizca de dignidad dice que de todos modos se queda en Morena, con la esperanza de cachar algo.
Pienso que Marcelo ya se quedó sin nada creo yo y ya entró en desesperación por lo mismo.
Mientras tanto todos los mexicanos que según esto, dicho por el propio presidente, éramos los que elegíamos, pues no estamos eligiendo a nadie, solo entre ellos se levantan la mano o se meten el pie y uno pues viendo todo este lío frente a nuestros ojos y sin poder hacer gran cosa.
Esto para el país me parece que es un verdadero desastre y bastante devastador.
Claudia Sheinbaum debería de comportarse como lo esperaríamos todos de una presidenta preocupada por su país y negarse a que nuevamente se haga un show con el anuncio de su precandidatura. Que de “pre” no tiene nada. Pero que nos costará mucho dinero porque la renta del salón en el centro de convenciones más todo los gastos adyacentes en medio de un estado de la República destrozado por un huracán es ofensivo y no es de un monto mínimo.
Por el lado de Marcelo Ebrard (¡ah, pobre Marcelo!, ya nadie lo quiere cerca y a nadie le interesa) le reventó la bomba que él mismo inventó en sus propias manos.
Se quedan también con las manos vacías los que lo quisieron acompañar en este especié de “Morena segunda parte” y será complicado que encuentren un lugar para seguir viviendo y/o subsistiendo dentro de la política, al menos en Morena tampoco caben ya.
Cosas que no me gustaron como tantas otras:
*No me gustó el tono autoritario de Claudia Sheinbaum en su video de ayer. No es eso lo que necesitamos los mexicanos ahora para estar mejor.
*No me gustó la poca o nula dignidad de Marcelo Ebrard pero además su desdén por querer gobernar a la buena a México sino por su ansia de poder.
*No me gustó que vayan a tener este domingo una nuevas “pachanga” para anunciar lo que todos sabemos, sabiendo que el país no está para gastar en estas estupideces.
*No me gusta que la oposición se encuentra sigilosa y vigilante sin mucha capacidad de accionar más.
*Claudia se ha acercado a todos los poderosos y a los integrantes de su partido, menos a la gente, parece que se le olvidó que los que votamos somos nosotros.
*El presidente ha perdido el rumbo y está enfocado en el 2024 más que en el 2023, para el lo que está sucediendo ahora ya es cosa del pasado.
Y nosotros acá como mexicanos, intentando salir adelante con lo que podemos, contra lo que nos ponen enfrente, esquivando a gente cargada de odio y neurosis. Gente que se alegró por ejemplo por el asesinato del magistrade Jesús Ociel Baena. Gente que no entiende ya nada pero que no le alcanza para vivir.
Estemos en estado de alerta. Debemos de abrir bien los ojos y prohibir que nos cierren la boca. Es hora de exigir. Es hora de observar pero también de llamar y convocar a la verdadera unidad no como Claudia que pide unidad dentro de su partido nada más, sino nosotros exigir y fomentar la unidad en todos los mexicanos, no contra nadie sino a favor nuestro.
Es cuanto.