¿De quién estoy hablando?
Hay que entender pasa con la democracia en el mundo. De entrada, es un concepto simplista que aparenta ser “lo que las mayorías decidan o la popularidad”, nada más equívoco.
En un accidentado contexto de preguerra internacional, con los conflictos de Rusia y Ucrania e Israel con el grupo terrorista Hamás, la transición energética, el cambio climático, la disputa comercial entre China y Estados Unidos y la pauperización de las democracias, se llevará a cabo la Cumbre de la APEC en San Francisco, California, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como anfitrión.
En principio, los líderes de los 21 países miembros se reunirán para buscar estrategias para estimular el comercio y el crecimiento económico la región del Pacífico. Asistirán los mandatarios de Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Corea, Chile, China, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam.
Tras bambalinas
Fuera del marco de la Cumbre, se celebrarán importantes reuniones bilaterales: el encuentro cara a cara entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y el presidente de China, Xi Jinping y por supuesto, de Biden con AMLO.
Más allá de las reuniones oficiales en el ambiente flotarán las diferencias políticas entre Putin y Biden, entre AMLO y la presidenta del Perú y la disputa entre China y Estados Unidos por Taiwan.
Además de los temas comerciales de la región, seguramente durante el evento se negociarán las condiciones para “enfriar” las posturas que tienen al mundo a la deriva, y otro punto central, el tema de la pauperización de la democracia y sus efectos.
El peligro del populismo
La aparición de distintos ejemplos de populismo en diversas partes del mundo ha sacado a la luz el peligro que enfrentan las democracias, inclusive las más consolidadas como es el caso de Estados Unidos. A diferencia de un “Golpe de Estado” que toma el poder por la vía de la fuerza y de las armas, el populismo genera un lento y progresivo debilitamiento de las instituciones y pilares de la democracia como son el sistema judicial, la prensa, los organismos autónomos y de aquellas instituciones diseñadas como contrapeso al poder omnímodo de un presidente.
En las últimas décadas han surgido infinidad de líderes populistas que ponen en riesgo la democracia y la estabilidad política de sus países y del mundo, empezando con Donald Trump en Estados Unidos, Vladimir Putin, en Rusia, Erdogan en Turquía, Modi de la India, AMLO en México, Nicolas Maduro en Venezuela, Alberto Fernández en Argentina o Nayib Bukele en El Salvador.
Cuidado
Para entender mejor los riesgos que enfrenta el mundo vía los líderes populistas, vale la pena rescatar lo que dijo Carlos Dada al recibir en España los XXI Premios Internacionales de Periodismo de El Mundo en el Museo del Prado.
Al hablar de su presidente, el salvadoreño Nayib Bukele, pronunció un discurso que no tiene desperdicio y aplica a todo el mundo populista, en él explica con exactitud que según las encuestas Bukele cuenta con 85% de aprobación popular y se ha convertido en el principal referente del nuevo populismo latinoamericano, ¿qué presidente populista no presume de estos niveles de aceptación?
El daño a las democracias
Dada describe cómo Bukele controla los tres poderes del Estado a partir de un golpe técnico al poder Judicial, controla al ejército y a la policía y a todas las instituciones del Estado.
Advierte que el presidente salvadoreño será reelecto en febrero próximo a pesar de que seis artículos de su constitución prohíben la reelección, pero no hay autoridad ni institución capaces de frenar su voluntad ni de imponer límites a su poder: Asistimos nuevamente al nacimiento de una dictadura. Una dictadura que llegó al poder por la vía democrática, algo cada vez más común en este mundo de hoy. Un desafío existencial a las democracias liberales.
Asegura que, como buen dictador, Bukele no tolera la crítica. Construye un Estado unívoco en el que no caben ni la pluralidad de voces ni las ideas ajenas ni proyectos políticos opositores ni las organizaciones de la sociedad civil que defienden derechos ciudadanos y humanos. Tampoco cabe el periodismo, sólo la propaganda.
Esto que menciona Dada, también sucede en Estados Unidos con la cadena Fox, principal medio propagandístico de Trump, en Cuba con el Granma y en la mayoría de los medios en otros países. Simplemente en México hay que ver cómo muchos medios y casas encuestadoras se han vuelto un instrumento propagandístico del poder.
Y señala algo que pareciera una obviedad, pero que debe de recordarse antes de que sea demasiado tarde: La democracia no es el gobierno de las mayorías, sino un sistema de pesos y contrapesos, de límites al poder, que garantizan derechos para todos los ciudadanos, incluyendo, y sobre todo, a las minorías. La democracia requiere necesariamente de límites al poder y de un Estado de derecho.
Hoy que inicia la cumbre de APEC, que reúne en suelo estadounidense a tres de los países más poderosos del mundo, vale la pena reflexionar sobre el discurso de Dada, del porqué están en peligro las democracias y de las consecuencias de perderlas.