Ganó Claudia Sheinbaum, ganó la democracia y el lopezobradorismo
A pesar de la demora, producto de la enorme presión que se vivió en la designación de los nueve perfiles, todo salió perfecto para encarar el proceso que está en vísperas de comenzar. Se sabe que, dentro muy poco, la precampaña iniciará para poner la decisión en manos de la población civil. Hay que recordar que, de manera paralela, se juega la presidencia de la República, lo mismo que un número importante de estados y, con ello, miles de ayuntamientos donde, hasta ahora, el gran favorito es Morena. De hecho, los estudios de opinión pública indican una tendencia muy significativa que vemos, desde este momento, prácticamente como un triunfo consumado para la causa lopezobradorista.
Y como se dieron las condiciones, Morena salió muy fortalecido del proceso interno para tomar decisiones. Aunque mucho se especula, Claudia Sheinbaum, desde todos los ángulos, salió ganando. No hay riesgo, en este momento, de una división que pueda complicar el escenario que se vive, pues la coordinadora ganó. Dirán que la designación de Clara fue una derrota, sin embargo, con Brugada se sumará el inmenso apoyo de la base lopezobradorista en las 16 alcaldías, donde el partido guinda tiene fuerza para seguir conservando el poder en sus manos.
Estamos hablando de que, con lo que pasó, Morena salió en unidad. El mismo Harfuch ha cerrado filas y, con ello, no habrá pugnas internas en plena competencia. O sea, ganó Claudia Sheinbaum. Por si eso fuese poco, el partido guinda, de acuerdo con las gráficas que presentó Mario Delgado, es el gran favorito, aspecto que, en todos los sentidos, es de conocimiento general, dados los altos índices de aprobación del presidente y, sin ninguna exageración, la probada y comprobada decadencia que vive la derecha -personificada en la imagen de Xóchitl Gálvez- que es otro factor que influye.
Además de ello, Sheinbaum, con esa importancia que le ha dado al proceso, está armando una estructura sumamente poderosa. Lo hizo, claro está, desde la incorporación de Ricardo Monreal, como coordinador de campaña. Está claro: Claudia quiere a los mejores en su equipo y, por ello, no da dudado ni tantito en ponerlos en la cancha. El zacatecano es, en pocas palabras, es una pieza crucial para el triunfo electoral del próximo año. Por esa misma razón, ganó Claudia Sheinbaum desde un principio.
Por eso y por muchas razones, estoy convencido de que, con lo que aconteció el pasado fin de semana, ganó Claudia Sheinbaum. Le veo, de entrada, mucha estrategia y una operación política al más alto nivel. La coordinadora de los comités le sacará mucho provecho a los referentes que salieron en la lista definitiva para ser los futuros candidatos en las entidades federativas y, de paso, con las reglas establecidas de paridad, Morena ha dado el salto definitivo a la participación democrática que, durante muchos meses, insistimos en este espacio de opinión. De esa forma, cumple con las expectativas y la perspectiva que ordenó el INE.
Es por ello que, en este instante, ganó Claudia Sheinbaum, ganó la democracia y el lopezobradorismo. Tendrán, por ejemplo, liderazgos de mucho peso en los estados. Es el caso de Eduardo Ramírez, coordinador de los senadores de Morena en la cámara alta, y recién nombrado abanderado para el proceso electoral de Chiapas. De hecho, es muy evidente el poder de convocatoria que tiene el líder senatorial en aquel punto del país. Su llegada, en este momento, significa mucho para Sheinbaum en términos políticos. Incluso, al igual que otros aspectos, Ramírez le garantiza un poder de convocatoria imponente en el sur.
Eso se notó -desde hace meses- cuando las multitudes arroparon a Eduardo Ramírez en Chiapas. En este mismo espacio de opinión fundamentamos que, lo mejor que le podía pasar al proceso, era respetar la voluntad del pueblo chiapaneco que se decidió por el “Jaguar Negro”. Dadas las condiciones a favor, el pasado fin de semana, con mucha justicia social, salieron los perfiles que, a la postre, jugarán en la cancha de Sheinbaum para ganar el ejercicio electoral y, de paso, Puebla, Chiapas, Morelos, Veracruz, Tabasco y la CDMX. Y, por si eso fuese poco, las posibilidades de triunfo son muy reales en Jalisco, Yucatán y Guanajuato. De hecho, sabemos que, hoy por hoy, esos puntos geográficos son muy competitivos para el lopezobradorismo.
Para lo que viene en puerta, están cantados los triunfos de la presidencia de la República, lo mismo que la mayoría de las entidades y, con ese efecto, una proporción muy importante de espacios legislativos, pues, desde cualquier ángulo que veamos, ganó Claudia Sheinbaum, ganó la democracia y el lopezobradorismo.