Salinas Pliego, AMLO y la ominosa falta de respeto a toda figura de autoridad
Que “todo por la razón y nada por la fuerza” y todo eso ya lo sabemos, pero en este sexenio ha sucedido algo muy grave y es que la investidura presidencial ha sido motivo de serias faltas al respeto. Desde un locutor de medio pelo (Aguilar Camín) que al aire en TV nacional llamó, sin más, “pendejo” al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hasta los últimos exabruptos de la peor ralea del magnate defraudador del fisco, Ricardo Salinas Pliego, que lo desafía de una forma abierta y pública.
Además de echar al traste eso de ‘separar el poder político del económico’, al exhibir al primero como un poder supeditado al segundo, ya todo el asunto, no solo es grave al tratarse de la investidura presidencial, sino que aún más preocupante es el mensaje que se envía a la sociedad en su conjunto: desde a los niños y jóvenes que falten al respeto a la autoridad de sus padres y profesores, hasta el automovilista que insulte y hasta agreda físicamente a un oficial de tránsito, pasando por el respeto a los venerables adultos mayores, a los discapacitados y demás grupos vulnerables, a Dios mismo (como sea que cada quien entienda este concepto), al medio ambiente y un interminable etcétera qué por supuesto incluye a toda la estructura jerárquica en cualquier empresa, institución pública y/o social.
Ojalá, de verdad, AMLO tome cartas en el asunto, que de por sí él recibió a un México donde el respeto, en general, es divisa en extinción, y más allá de que Salinas Pliego pague sus impuestos a la mayor brevedad jurídica posible, haga valer el mínimo respeto a la más alta investidura de este país que es la presidencial. Si no es así, ¿qué más nos puede esperar, como una sociedad ya en franco proceso de podredumbre?