La renuncia de Arturo Zaldívar: sensatez y compromiso en la Reforma Judicial
La renuncia del ministro Arturo Zaldívar cimbró al Poder Judicial que, de por sí, enfrenta una de las tensiones más fuertes de la etapa moderna de la democracia joven mexicana. Enmarcada en el contexto de la desaparición de fideicomisos y recortes presupuestales, la renuncia de Zaldívar se erige como una salida anticipada que le evitará ser parte de votaciones incómodas, permitiéndole pasar a la historia por las sentencias y logros en derechos humanos que se enarbolaron durante su periodo cómo ministro. Muchas críticas se han enfocado en la ausencia de “causas graves” ya que, ciertamente, la carta con la que da por terminado anticipadamente un cargo que es irrenunciable no abunda sobre el tema. Aunque el precedente inmediato del ministro Medina Mora, por cierto involucrado en una posible resolución ante la Corte Interamericana, tampoco contenía “causas graves” escritas, parecía que en su caso, las causas graves eran evidentes y escandalosas. Nadie las necesitó o requirió para aceptar la renuncia y permitir al presidente enviar una terna entre la que el Senado terminaría decantándose por la ministra Ríos Farjat.
Sin embargo, me parece que la renuncia de Arturo Zaldívar es un acto de sensatez y honestidad en medio de una militancia o simpatía partidista difícil de ocultar. Ya hubiésemos querido que otros ministros cercanos a la ultra derecha mexicana reconocieran abiertamente sus filias y fobias, optando por separarse de un cargo en el que el imperativo ordena independencia, autonomía y distancia de las fuerzas políticas.
La militancia o simpatía partidista plantea un interrogante significativo en relación con un impartidor de justicia cuyo mandato principal es la adhesión al principio de independencia e imparcialidad. La independencia del sistema de justicia es un pilar fundamental en cualquier democracia, y los jueces y magistrados deben garantizar que se aplicará la ley con total objetividad y justicia, sin sesgos ni influencias externas.
Cuando un impartidor de justicia muestra una militancia partidista o una inclinación política marcada, se plantea una cuestión legítima: ¿puede realmente actuar de manera independiente y garantizar un juicio justo? Esta pregunta se basa en la preocupación de que sus lealtades políticas o afiliaciones puedan sesgar su capacidad para tomar decisiones imparciales y basadas únicamente en la ley y los hechos. Los opositores y anti militaristas le han cuestionado a Zaldívar tantas acciones y reservas de asuntos que consideraban importantes, por las que en su momento, le exigían renunciar como ministro presidente. Hoy igualmente, se molestan porque lo ha hecho.
La imparcialidad es esencial para preservar la confianza del público en el sistema de justicia, por ello que resulte tan preocupante el incentivo que tendría para jueces y ministros ser elegidos por voto popular. Si un impartidor de justicia es percibido como inclinado hacia un partido político o intereses particulares, se pone en riesgo la integridad del proceso legal y se mina la confianza de las partes involucradas y del público en general. Además, la falta de independencia puede erosionar la credibilidad del sistema de justicia y, en última instancia, socavar la democracia misma. Aquello puede bien ser una causa grave
Por lo tanto, es fundamental que los impartidores de justicia se adhieran rigurosamente a los principios de independencia e imparcialidad, evitando cualquier apariencia de afinidad partidista que pueda poner en duda su capacidad para cumplir con sus funciones de manera justa y equitativa. Esto no solo es un deber profesional, sino también un imperativo para mantener la integridad del sistema judicial y la confianza de la sociedad en la justicia.
De ahí que el término de “causas graves” deba dejar de ser subjetivo y pueda interpretarse de varias maneras, que tendrían que ser contempladas en la Reforma Judicial para brindar certeza jurídica:
Razones personales: Los ministros pueden renunciar por razones personales, como problemas de salud, familiares o personales que les impidan cumplir con sus funciones de manera efectiva.
Diferencias ideológicas: En ocasiones, un ministro puede renunciar debido a diferencias ideológicas con la dirección o el enfoque de la Corte en ciertos asuntos. Estas diferencias pueden estar relacionadas con la interpretación de la Constitución y las leyes.
Conflictos éticos o de integridad: Si un ministro se enfrenta a acusaciones o controversias relacionadas con su conducta ética o su integridad personal, puede optar por renunciar para evitar dañar la imagen de la Corte.
Cambios en la administración pública: Los cambios en la administración pública, como la elección de un nuevo presidente de la República, pueden llevar a la renuncia de ministros, ya que el presidente tiene la facultad de proponer candidatos para la SCJN y puede desear cambiar la composición de la Corte.
Presiones políticas: En algunos casos, los ministros pueden enfrentar presiones políticas, ya sea por parte del Poder Ejecutivo, Legislativo u otros actores políticos, lo que podría llevarlos a considerar la renuncia como una forma de evitar situaciones incómodas o conflictos.
Es importante tener en cuenta que la renuncia de un ministro de la SCJN es un asunto serio y puede tener implicaciones significativas en el sistema de justicia y en la interpretación de la Constitución mexicana. La Constitución establece que los ministros de la SCJN son nombrados por periodos improrrogables e irrenunciables de 15 años y solo pueden ser destituidos por causas graves mediante un juicio político. Por lo tanto, las renuncias de ministros son eventos importantes y deben abordarse con cuidado y consideración.
Arturo Zaldívar se ha destacado por impulsar reformas en el sistema de justicia mexicano y promover la independencia del poder judicial. Algunos de los aspectos más destacados de su presidencia en la SCJN incluyen:
Reformas Judiciales: Durante su presidencia, Arturo Zaldívar ha respaldado esfuerzos para modernizar el sistema de justicia mexicano, incluyendo la implementación del sistema penal acusatorio y la promoción de medidas para fortalecer la justicia penal en el país.
Independencia del Poder Judicial: Ha abogado por la independencia y autonomía del Poder Judicial, enfatizando la importancia de un poder judicial independiente para garantizar el estado de derecho y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Derechos Humanos: Zaldívar ha mostrado un fuerte compromiso con la protección de los derechos humanos en México y ha abogado por decisiones judiciales que refuercen estos derechos, incluyendo el matrimonio igualitario y la legalización del uso lúdico de la marihuana.
Transparencia: Ha promovido medidas de transparencia y rendición de cuentas en el poder judicial mexicano, con el objetivo de fortalecer la confianza del público en el sistema de justicia.
Si miramos al pasado, a lo largo de la historia de la SCJN, ha habido varias renuncias de ministros por diversas razones. Algunos antecedentes notables incluyen:
Enfrentamientos ideológicos y políticos: En la historia de la SCJN, ha habido casos en los que ministros han renunciado debido a diferencias ideológicas o políticas con la dirección de la Corte o con el gobierno en turno. Estas renuncias a veces se han relacionado con cambios en la administración pública y la elección de un nuevo presidente de la República.
Razones de salud y personales: Algunos ministros han presentado renuncias debido a problemas de salud o razones personales que les han impedido continuar desempeñando sus funciones de manera efectiva.
Conflictos éticos o de integridad: En ocasiones, las renuncias de ministros han estado relacionadas con acusaciones o controversias sobre su conducta ética o su integridad personal. Como el caso de Medina Mora.
El balance sobre Arturo Zaldívar, razones por las que es pilar de una Reforma Judicial
Durante su mandato como presidente de la SCJN, ha contribuido a una serie de sentencias y decisiones judiciales que han dejado un impacto significativo en el sistema de justicia y la jurisprudencia de México. A continuación, se mencionan algunas de las áreas y decisiones notables relacionadas con su legado:
Matrimonio igualitario: Bajo su liderazgo, la SCJN emitió una serie de sentencias que establecieron el derecho al matrimonio igualitario en todo México. Estas decisiones permitieron que parejas del mismo sexo se casen en cualquier entidad federativa del país.
Derechos humanos: Zaldívar ha sido un defensor de los derechos humanos en México y ha promovido decisiones judiciales que protegen estos derechos. Ha sido una voz clave en casos relacionados con tortura, derechos reproductivos, libertad de expresión y otros temas de derechos humanos.
Legalización del uso lúdico de la marihuana: En 2021, la SCJN, bajo su liderazgo, emitió una sentencia histórica que declaró inconstitucional la prohibición absoluta del uso lúdico de la marihuana en México. Esta decisión allanó el camino para la legalización del uso lúdico de la marihuana en el país.
Justicia penal acusatoria: Zaldívar ha sido un defensor de la implementación del sistema penal acusatorio en México, que busca fortalecer los derechos de los acusados y mejorar la administración de justicia. Ha trabajado en decisiones relacionadas con la implementación de este sistema en el país.
Transparencia y rendición de cuentas: Durante su mandato, se promovieron medidas para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en el poder judicial mexicano, con el objetivo de fortalecer la confianza del público en el sistema de justicia.
El legado de sentencias y decisiones de Arturo Zaldívar está relacionado con su enfoque en la protección de los derechos fundamentales, la independencia del poder judicial y la modernización del sistema de justicia en México. Su liderazgo ha dejado una marca significativa en el desarrollo de la jurisprudencia y la política judicial en el país.
Militarización y derechos humanos: Zaldívar ha sostenido que la militarización de la seguridad pública en México puede tener un impacto negativo en los derechos humanos de los ciudadanos. Ha destacado la importancia de garantizar que las fuerzas armadas se sometan a controles adecuados para prevenir abusos y violaciones a los derechos fundamentales.
Inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior: La SCJN, bajo la presidencia de Zaldívar, emitió una resolución en 2018 declarando la inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior. La Corte consideró que dicha ley otorgaba poderes excesivos a las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública y no establecía salvaguardas adecuadas para proteger los derechos humanos. Esta decisión se consideró un hito en la protección de los derechos fundamentales y en la limitación de la participación militar en cuestiones de seguridad interna. Aunque esto hoy en día se encuentra en entredicho debido a que la reforma para la creación de la Guardia Nacional establecía un periodo que se ha ido ampliando.
Promoción de la justicia penal acusatoria: Zaldívar ha abogado por la implementación y fortalecimiento del sistema de justicia penal acusatorio en México como una alternativa a la militarización. Este sistema busca mejorar la protección de los derechos de los acusados y reducir la necesidad de recurrir a las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública.
Independencia del Poder Judicial: El presidente de la SCJN ha enfatizado la importancia de la independencia del poder judicial para supervisar y garantizar la legalidad en asuntos de seguridad interna y evitar que las fuerzas armadas asuman funciones policiales.
Es importante señalar que la postura de Arturo Zaldívar sobre estos temas refleja su compromiso con la protección de los derechos humanos, el estado de derecho y la independencia del Poder Judicial en México. Sin embargo, las opiniones y posturas pueden evolucionar con el tiempo.
Mario Delgado ha dejado interpretar que el Zaldívar sería el ideólogo y probablemente, el titular de un cargo que no existe aún cómo responsable de implementar la Reforma Judicial que se apruebe dentro del Plan C. Como es bien sabido, sobre Zaldívar pesa el impedimento constitucional para ser fiscal y sustituir a Gertz Manero, de quien se rumora una ausencia permanente por motivos de salud. Aunque sería una gran noticia después de las deficiencias y negligencias que penden de la Fiscalía General de la República, habrá que esperar al menos dos años o una reforma constitucional.
Sin embargo, Zaldívar sería el garante de una Reforma Judicial que no amague a ese poder ni le elimine el peso constitucional que guarda mientras que intenta resolver las perversidades de un sistema que alienta la impunidad y el clasismo, que permite ponerle precio a la justicia y dejarla llegar tan sólo para los que más tienen, en años.
Es un hecho que el Poder Judicial necesita cambios de raíz y también es un hecho que la participación de ex ministros como Olga Sánchez Cordero y Arturo Zaldívar podrían brindar además de conocimiento técnico-jurídico, legitimidad para su consolidación.
Esa apuesta, más que avergonzar o preocupar a la ciudadanía, tendría que ser un rasgo positivo. Peores son aquellos que desde el máximo tribunal han protegido a panistas en casos como el de la Guardería ABC tan sólo porque nunca se atrevieron a hablar abiertamente de sus militancias y simpatías. Por ello, todo el reconocimiento al ex ministro Zaldívar.