El reto crítico: Audio falso de Martí Batres creado con inteligencia artificial para desestabilizar

Desde el martes por la noche comenzó a circular un audio atribuido a Martí Batres, en el que supuestamente, se desafiaba el liderazgo de la Coordinadora de los Comités de la Cuarta Transformación para bajar a Omar García Harfuch, puntero de las encuestas para encabezar la candidatura de la izquierda en las elecciones de 2024 para la Jefatura de Gobierno. En su lugar, apoyar a Clara Brugada que, con el argumento de género, supuestamente, sería la abanderada. Pronto llegó a las noticias y a las redes. No es la primera ocasión que se crean audios falsos con inteligencia artificial que puede identificarse por la falta de naturalidad en la respiración, ritmo, tono, cadencia y una serie de elementos técnicos magistralmente analizados por el periodista Alberto Escorcia, que logró comprobar cómo es que fue clonada la voz del Jefe de Gobierno para crear este mensaje. Anteriormente, esta tecnología se utilizó con Marcelo Ebrard y Clara Brugada también. En el caso de Ebrard, fue suficientemente difundido para aumentar la tensión previa a la ruptura y aunque también fue desmentido, el daño estaba hecho: sin ética, comunicadores e “influencers” distribuyeron como dinamita un mensaje malintencionado que llegaba por cadenas de WhatsApp sin contexto, al igual que este audio.

Lo que sí resulta inédito, a la vez, preocupante, es que se trata del primer ataque con inteligencia artificial perpetrado también en contra de comunicadores. Este audio acusaba al analista Hernán Gómez Bruera de escribir bajo consigna e instrucción política al igual que una tal “Ana”, refiriéndose a la periodista Anabel Hernández y a la politóloga Viri Ríos. En un mundo cada vez más digital, la información fluye velozmente a través de diversos canales y los desmentidos no siempre tienen el mismo alcance que la fogosidad viral de la mezquindad. En este contexto, la tecnología, como la inteligencia artificial, ha adquirido un rol protagónico que nos permite vislumbrar un futuro lleno de posibilidades, pero también cargado de incertidumbres y peligros. Uno de los riesgos más insidiosos que enfrentamos en la actualidad es la manipulación mediática a través de noticias falsas generadas con la ayuda de la inteligencia artificial. Lo complejo de este mecanismo de manipulación totalmente maliciosa es que se construye con elementos parcialmente reales que permiten dudar al grado de otorgar cierto beneficio al contenido, como el hecho de que ciertamente, los analistas y periodistas mencionados en el audio han realizado afirmaciones que no favorecen al ex titular de la policía capitalina.

En esta era tecnológica, la desinformación se ha convertido en un arma poderosa. La facilidad con la que se pueden crear noticias falsas mediante la inteligencia artificial, en especial a través de audios, plantea una amenaza significativa para la integridad de nuestra sociedad y la estabilidad de nuestras democracias. El autoritarismo y la polarización se aprovechan de esta situación, dividiendo a las personas y erosionando la confianza en los medios de comunicación tradicionales. Prueba de que el cometido de quien haya realizado este ataque se logró es que algunos comunicadores, inclusive con amplia trayectoria profesional, ética y muy respetables como la periodista Sabina Berman, publicó en su cuenta de x.com horas después de la revelación de falsedad: “Increíblemente, Harfuch en su campaña para encabezar a la Izquierda Chilanga GOLPEA a figuras de izquierda y abraza a figuras opositoras. El ARIEL para peor guión va a sus asesores”, sugiriendo que el audio fue hecho por el aspirante a coordinar los comités de defensa capitalinos, sin prueba alguna, pero con notoria división y aversión. Lo que comenzó como una de las contiendas más estables y unificadas por la comunicación cercana entre los aspirantes, poco a poco se ha ido enrareciendo con este tipo de acusaciones.

Valdría la pena preguntar ¿A quién beneficia la desinformación y el contenido de los audios falsos? A Omar García Harfuch no le benefician, sugerirlo implica desconocer que, entre las bases de la Ciudad de México, Martí Batres cuenta con legitimidad y credibilidad social muy sólida al punto que sus palabras no serían tomadas a la ligera. Tampoco beneficia a Clara Brugada por el simple hecho de sugerir que el ejercicio de encuestas para definir candidaturas no tiene que ver con su popularidad y trabajo, en el que ha invertido más de 12 años de trayectoria, sino en una imposición cupular por género. Menos beneficia a Claudia Sheinbaum que, a partir de haber recibido el bastón de mando como líderesa moral y encargada de la continuidad de la Cuarta Transformación, ha confiado sus decisiones en la lealtad y la eficiencia.

Si es que no beneficia prácticamente a nadie de la Cuarta Transformación, entonces ¿a quién beneficia? Simple y sencillo: a la oposición. Ante una candidata nacional que se desploma, un vacío en los liderazgos capitalinos y la falta de propuestas para unificar un movimiento propio, la calumnia, el golpeteo y la división parecen haberse convertido en la mejor estrategia no para ganar, sino para debilitar. ¿Cómo podemos advertirlo?  Por la misma intensidad en que se han difundido noticias falsas, audios acusando hechos irreales y todo tipo de desinformación a propósito del huracán Otis y la respuesta gubernamental. La fórmula está probada y la repiten, haciendo eco desde sus comunicadores oficiales como el caso de Latinus y Carlos Loret de Mola que, a propósito de esta tensión y para incrementar la disputa interna, publica datos sobre un empate técnico que contradice todas las encuestas previas.

Es esencial reflexionar sobre el impacto que estas falsedades pueden tener en la opinión pública y en la toma de decisiones. Países en todo el mundo están comenzando a comprender la gravedad de esta cuestión y están legislando para abordarla. Las leyes y regulaciones relacionadas con la manipulación mediática a través de inteligencia artificial varían de un lugar a otro, pero su objetivo común es frenar esta amenaza.

¿Qué hacer ante la manipulación y falsedad creada a partir de inteligencia artificial?

Algunos países han optado por promulgar leyes específicas que prohíben la creación y difusión de noticias falsas generadas con inteligencia artificial, imponiendo sanciones a quienes las produzcan. Otras naciones han fortalecido sus regulaciones existentes sobre desinformación, exigiendo que las plataformas en línea asuman una mayor responsabilidad en la detección y eliminación de contenido falso. La legislación también puede incluir medidas para promover la alfabetización mediática y digital, educando a la población sobre cómo reconocer y combatir la desinformación.

Sin embargo, la cuestión de cómo abordar esta amenaza es compleja. La libertad de expresión es un principio fundamental, y las medidas para combatir las noticias falsas no deben utilizarse como pretexto para censurar la disidencia legítima o limitar la libertad de prensa. El equilibrio entre la protección de la verdad y la preservación de la libertad de expresión es un desafío que los legisladores deben abordar con cautela.

La manipulación mediática a través de noticias falsas generadas con inteligencia artificial es un desafío crucial que debe ser confrontado por las sociedades democráticas. La respuesta no es sencilla, y debe basarse en un enfoque multidimensional que involucre a gobiernos, empresas tecnológicas, medios de comunicación y ciudadanos informados. La educación, la regulación inteligente y la defensa de los valores democráticos son elementos clave en la lucha contra este peligroso fenómeno.

La responsabilidad recae en todos nosotros para ser críticos, para verificar la información antes de compartirla y para proteger la integridad de la verdad en un mundo saturado de noticias falsas. Si no enfrentamos este desafío con seriedad, corremos el riesgo de socavar la base misma de nuestras sociedades libres y abiertas. El futuro de la democracia depende de nuestra capacidad de resistir la manipulación mediática y preservar la verdad en un mundo cada vez más digital y conectado.

Algunos países han tomado medidas para abordar la manipulación mediática y la desinformación en línea. A continuación, mencionaré algunos ejemplos de naciones que habían tomado medidas en este sentido:

Estados Unidos: Si bien no había una ley federal específica que regulase la producción de audios falsos generados con inteligencia artificial, algunos estados han promulgado leyes relacionadas con la desinformación y la suplantación de identidad. Además, varias plataformas en línea habían implementado políticas para abordar el contenido manipulativo, incluidos los deepfakes y los audios falsos.
Alemania: Alemania aprobó una ley en 2017 que exige a las plataformas en línea eliminar el contenido ilegal o dañino en un plazo determinado. Si bien esta ley no se centra específicamente en la producción de audios falsos, puede aplicarse a este tipo de contenido.
Francia: Francia también había promulgado leyes relacionadas con la desinformación en línea. En 2018, el gobierno francés adoptó medidas para combatir las noticias falsas durante las elecciones.
Singapur: Singapur había promulgado la Ley de Prevención de la Difusión de Noticias Falsas en 2019, que otorga al gobierno poderes para tomar medidas contra la difusión de información falsa que pueda socavar la seguridad pública.

POR CIERTO, alimentar la división interna no fortalece a la izquierda, por el contrario, la coloca de nuevo en aquel bache del estilo perredista donde la derecha se fortalece a partir de la incapacidad de las izquierdas para construir cohesión. Vale la pena recordar que los proyectos avanzan gracias a los equipos que los sostienen, antes que a los protagonismos que intenten sobreponerse.

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