La meta de cero CO2 en la aviación nacional
El tema del cambio climático es una constante dentro de la aviación a nivel mundial, y es evidente que nuestro país no podía ser la excepción. Por supuesto que en el “ALTA AGM & Airline Leaders Forum 2023″ -que acaba de concluir- se abordó todo lo relacionado a los combustibles sostenibles.
José Ricardo Botelho, director ejecutivo & CEO de ALTA (Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo), habló de la importancia de tener políticas de combustibles sostenibles; los países de Latinoamérica deben comenzar a trabajar en crear las políticas necesarias para llevar a cabo la producción de combustibles sostenibles (SAF por sus siglas en inglés).
Y es que resulta increíble que mientras los países nórdicos de primer mundo se ven obligados a comprar los deshechos de otros países, en el caso latinoamericano podemos decir que contamos con la materia prima; sin embargo, hay algo que frena meterse a fondo en su elaboración., la falta tanto de incentivos como de iniciativas.
Mediante un comunicado de prensa de la ALTA, Botelho expresó: “Debemos ser cautelosos y evitar regulaciones que nos impongan mandatos de combustibles de aviación sostenibles (SAF), especialmente cuando estos no están alineados con las directrices del CORSIA (Carbon Offsetting and Reduction Scheme for International Aviation).
Un ejemplo palpable se encuentra en Brasil, donde se debate un proyecto de ley que propone una reducción del 10% en las emisiones de carbono para 2037 en comparación con 2026. Si se dependiera exclusivamente de los SAF para lograr esta meta, la producción local sería insuficiente, generando un costo adicional para la industria de más de mil millones (de dólares)”
Se busca ver cuáles son las necesidades de cada país, y observar qué alternativas viables se pueden llevar a cabo; tal vez iniciativas como realizar compensaciones de carbono, así como el contar con políticas e incentivos económicos para tener en la región latinoamericana una importante producción de SAF, así como su consumo.
Es un hecho, sabemos que la industria aeronáutica tiene muchos “enemigos”, desde países con una infraestructura deficiente, una alta tasa impositiva, volatilidad en los tipos de cambio de las monedas de la región, e incluso creación de monedas “alternativas” ante el impacto inflacionario que enfrentan algunos países.
No podemos dejar atrás el tema del alza del combustible, y que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha traído esa y otras consecuencias similares. Ahora con otro conflicto en Medio Oriente, lo más seguro es que el precio del combustible siga subiendo, lo que terminará por encarecer los precios de los boletos.
Willie Walsh, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) también considera que es un reto el tema del SAF, sobre todo porque es una realidad que no podemos negar: en Latinoamérica, y en México, estamos rezagados. Eso pone en clara desventaja a las aerolíneas de la región, y si hablamos con franqueza, a nuestro país lo coloca en una franca desventaja.
Los números aterran, según la información manejada dentro del Foro, la región no logrará ni el 10% de SAF para el año 2025, y tenemos como fecha fatal el año 2030 para producirlo; como mencionamos, materia prima hay, pero faltan inversionistas y leyes claras, así como incentivos para sumergirnos de lleno a la producción de combustible sostenible.
Para el director de Aeroméxico, Andrés Conesa, uno de los principales retos es el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Él considera que dicha terminal aérea todavía puede crecer más con la infraestructura adecuada, y pasar de los poco más de 50 millones de pasajeros que se mueven al año, a tener 80 millones de pasajeros, pasando por ambas terminales, más los 20 millones que movería el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA); al año tan solo la zona metropolitana estaría movilizando 100 millones de pasajeros.
Confía en que el recorte a los slots en el AICM sea de manera temporal y que se invierta en mejorar las calles de rodaje y los edificios terminales. Además, le solicitó al Gobierno Federal reconsiderar que el dinero recaudado por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) se deje de usar para el pago de la cancelación del proyecto del NAIM, y que los recursos mejor sean invertidos en mejorar la infraestructura del AICM.
Son varios retos que sin duda alguna tendrían que analizarse con seriedad, ya que las aerolíneas -sean tradicionales o de bajo costo- no tienen los medios para producir de manera directa SAF. Es un hecho, nuestra aviación se quedará rezagada con el resto de las aerolíneas internacionales si no le entramos al toro por los cuernos.
Aeroméxico, VivaAerobus y Volaris, han buscado que sus equipos y motores sen más eficientes y compatibles con el uso del SAF. Ahora el Gobierno Federal deberá analizar con seriedad la necesidad de crear un marco jurídico ad hoc para que se pueda crear, y buscar que inversionistas vean y comprueben que sí es negocio.
Mientras tanto, y en el estado actual de las cosas, cumplir con las metas para la descarbonización de la industria aérea nacional se ve complicado, tanto en el corto, mediano y largo plazo. Pero no podemos derrotarnos desde ahora.