Y Morena la vuelve a hacer
“Oops, I did it again
I played with your heart, got lost in the game
Oh baby, baby
Oops, you think I’m in love
That I’m sent from above
I’m not that innocent.”
BRITNEY SPEARS
Para los memoriosos es inolvidable la ‘roque señal’, cuando en marzo de 1995 el diputado federal priista Humberto Roque Villanueva celebró jubilosamente, en la Cámara de Diputados con una seña obscena el aumento del 50% al IVA para que pasara del diez al quince por ciento. Pues bien, la nueva ‘roque señal’ (“se las metimos doblada”, diría Paco Ignacio Taibo II) nos la acaba de recetar la bancada de Morena y sus compinches en la cámara baja. Nos madrugaron, como comúnmente se dice, al aprobar una deuda para México de 1.9 BILLONES de pesos (monto prácticamente equivalente a la deuda de Pemex, 2 billones de pesos). Un robo descomunal a la población por las consecuencias que vendrán.
Siguiendo con el esfuerzo de recordación histórica, de lo más criticado por López Obrador siendo oposición fue el Fobaproa.
Pues bien, tan solo la deuda aprobada ahora para el próximo año equivale a dos FOBAPROAS. Si se suma toda la adquirida en lo que va de este sexenio se acerca a ocho Fobaproas de déficit…
A 30 años del primer Fobaproa se siguen teniendo pagos de este; ahora multipliquémoslo ocho veces…
Para dar una idea muy general del tamaño del golpe a las finanzas públicas, la deuda para el próximo año es casi la mitad de toda la deuda contraída por Peña Nieto en TODO su sexenio (5.1 billones). O la construcción del Tren Maya ¡cinco veces!; la de la refinería de Dos Bocas seis veces; 16 veces el AIFA… Un descomunal y evidente despilfarro que podría —diría López Obrador— utilizarse en mejores cosas.
Verdadera tragedia la que se consumó; esta se tendrá por mucho, mucho tiempo.
Una de las mentiras más evidentes del sexenio (y miren que hay mucho de donde escoger): que López Obrador diga —y a la fecha continúe diciendo— que “no se endeudó al país”. Sí lo ha hecho, y lo peor es que ni siquiera se sabe a dónde fue a parar ese dinero ni hay manera de constatar que esté bien “invertido”.
Por si la escasa rendición de cuentas no fuese suficiente, mientras ejecutan a su capricho y disposición la Ley de Ingresos para el siguiente año, la 4t distrae con otras cosas —también graves—.
Los legisladores aprobaron un incremento al impuesto al ahorro que será del 0.5%, lo que significa que están castigando a quienes deciden ahorrar. Seguro dirán que somos unos exagerados, pues la propuesta inicial era cobrar del ISR el 1.48%…
Como sea, el punto central es el siguiente: los buenos gobiernos procuran que los ciudadanos ahorren y/o inviertan, ¡no castigarlo! Pero en México, como los cangrejos; López Obrador vuelve a recetar la propuesta de hace 50 años: endeudar con unos costos altísimos.
Dimensionemos el tamaño de boquete. En el 2018, López Obrador recibió una deuda de 10.4 billones de pesos; el país con cierto grado de infraestructura y de institucionalidad, y una sociedad civil que empezaba a organizarse, crecer y empoderarse. Para 2024, la deuda ascenderá a 16 billones (60% más de la deuda recibida).
Mas lo peor no es eso, sino que esa deuda NO es productiva; se está utilizando en proyectos inviables.
La austeridad mal entendida (otra virtud altamente cacareada, nulamente realizada) ha tirado el dinero de los mexicanos en estupideces. No importó que costara más la cancelación del NAIM que mantenerlo. Tampoco que Dos Bocas significara una erogación del doble de lo presupuestado (sin considerar que a la fecha sigue sin refinar petróleo) o que en el Tren Maya se lleve gastado tres veces más de lo que se presupuestó. Lo anterior sin olvidar que Pemex ha esfumado en un año cuatro veces lo gastado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes en todo el sexenio… En el colmo de la austeridad, se han gastado mil 600 millones de pesos en… ¡estadios de beisbol!
¿Cuál austeridad? ¿La que regala petróleo a Cuba y más de 30 millones de dólares a El Salvador (a la administración de Nayib Bukele; 2019)? ¿O la que crea para los militares un fideicomiso de 99 mil millones de pesos?
Hay más: en el mundo de los otros datos se acordó que Pemex y CFE no pagarán impuestos en venta de activos entre empresas subsidiarias o filiales. No solo eso, que Petróleos Mexicanos reduzca en un 40% su contribución fiscal (lo que equivale a una pérdida de 25,000 millones de pesos en ingresos federales).
En el mundo de los otros datos, López Obrador insiste en que la fórmula para no endeudar al país es sencilla: cero corrupción. Si esto fuera cierto, entonces cabe la pregunta: ¿por qué la deuda de 1.9 billones de pesos? Sabemos la respuesta.