Ora iglesia por criminales en la jornada por la paz
Jesuitas llaman a gobierno a resarcir daño por la violencia y olvido; petición, a 40 días del crimen de 2 curas
C onvocada tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y debido a la violencia que se registra en el país, este fin de semana concluyó la Jornada de Oración por la Paz, en la que el encendido de velas acompañó las plegarias de la Iglesia católica y sus creyentes, quienes “pidieron” por la seguridad y la reconversión de criminales.
“Por la conversión de los victimarios, que han perdido el sentido de la caridad y fraternidad, para que busquen la luz de la razón y de la fe, sean conscientes de no causar tanto dolor y muerte, y recapaciten en sus actos, de tal modo que más bien busquen la virtud que les haga entender que sus prójimos no tengan que padecer la miseria del dolor y de la pobreza”, fue la oración de los fieles.
A través del semanario Desde la Fe, la Iglesia recordó que, hace más de un mes, esta jornada se inició ante la violencia desatada en el país, la cual tuvo expresión en el crimen del que fueron víctimas dos religiosos en la Sierra Tarahumara, a manos de José Noriel Portillo, El Chueco.
Remarcó que el objetivo del ejercicio religioso llevado a cabo este mes no fue encontrar una solución instantánea al problema, “ni dar un paso atrás en la indignación”, sino llegar a una reflexión del papel de esta institución social.
Terminada esta jornada de oración nacional, la Iglesia también lanzó una petición por la construcción de la paz, justicia y el perdón.
“El perdón no deja de lado la indignación ni la exigencia de justicia. Perdonar tampoco significa olvidar: si pudiéramos olvidar, no sería necesario perdonar. La verdadera virtud consiste en perdonar recordando, porque perdonar significa liberarnos de los resentimientos”, señaló.
De igual forma, instó a que la sociedad y, sobre todo, el Gobierno, trabajen por la reconciliación y por establecer “caminos concretos y eficaces para que cese la violencia y la inseguridad”.
“Hacemos un llamado a indagar en este significado del perdón, pues la valiente acción de perdonar es lo único que puede transformar esta sociedad, cada vez más polarizada y paralizada ante la confusión de justicia con venganza”, manifestó.
En nombre de las personas a quienes la violencia les ha arrebatado la vida, la parroquia del Padre Nuestro, en la alcaldía Xochimilco, celebró la noche del sábado una vigilia de oración, cuya meta era encender 130 mil veladoras, de las que sólo se alcanzaron 30 mil.
Durante varios minutos, decenas de asistentes se dedicaron a encender las veladoras que formaron un camino desde la entrada del recinto hasta el altar.
Alrededor, más fieles, desde niños hasta adultos mayores, encendieron otras con las que se formaron tapetes en los que se podía leer la palabra “paz”.
A efecto de unificar el llamado de los religiosos, la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica difundió un subsidio a seguir durante la eucaristía dominical, a la que pidió a todas y todos acudir vestidos de blanco para orar por los gobernantes y autoridades, para que “rechacen el mal uso del poder, la corrupción, la falta de respeto a las leyes y la indiferencia”.
“Reconocemos que estamos delante de un problema que necesita de todos y todas para atenderlo desde la raíz. Por eso, es necesario trabajar por mejores políticas públicas, que demanden la participación de todos, centrados en el encuentro, el diálogo y la restauración tan urgente del tejido social. Unas políticas que alcancen una verdadera reconciliación de manera proactiva”, expuso.
Además, manifestó la necesidad de que se reformen las instituciones, de manera que se logre su coordinación y complementación con mejores prácticas.
A 40 días del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara, la Compañía de Jesús lanzó un nuevo llamado a autoridades de los tres niveles de gobierno, para resarcir el olvido y el daño provocado por el paso de la violencia en esta comunidad, tal como ha ocurrido en otros pueblos originarios del país.
Así lo refirió el padre Luis Gerardo Moro Madrid, provincial de la Compañía de Jesús, que a través de un video difundido este domingo reiteró el lamento por el crimen del que también fueron víctimas Pedro Palma y Paul Berrelleza, en Cerocahui, Chihuahua, hace más de un mes.
“Queremos agradecer a todas las personas que nos han abrazado en la fe y en la búsqueda de justicia y paz. El dolor por su partida es aún muy profundo, pero creemos que al igual que Jesús fue crucificado por la salvación del mundo, nuestro camino debe continuar siempre al lado de todas las víctimas de la violencia”, dijo.
El religioso comparó el asesinato de los cuatro hombres con la crucifixión de Jesús, por lo que dijo que el crimen es “un permanente recordatorio de lo que debemos cambiar”.
“Estamos convencidos de que esa sangre derramada debe ser fermento para construir la reconciliación y paz que nuestro país necesita. Por eso hemos manifestado a las autoridades de los tres niveles de gobierno que, para la Compañía de Jesús, es prioritario garantizar los derechos de la comunidad rarámuri, que se debe resarcir el daño que ha causado la violencia y el olvido a la Sierra Tarahumara desde hace décadas, como ha sucedido on casi todos los pueblos de muchos rincones de México”, dijo.
En ese sentido, expuso que nuevamente se hace el llamado a que las autoridades abran espacios de diálogo, mediante la instalación de un Consejo Nacional para la Paz y revisar la estrategia de seguridad.
Lo anterior, con el fin de brindar una atención integral a las víctimas que no han alcanzado justicia en el país, refirió.
“Hoy más que nunca es indispensable caminar juntos”, concluyó el sacerdote.