La Péri en Berlín

Ni un ballet más. Ni un Cascanueces más en otro fin de año tampoco; consigna personal. Sin embargo, ceder  finalmente y ver La Péri -música de Friedrich Burgmüller, argumento de Théophile Gautier (1843), vuelta vívidamente a escena con la coreografía de Vladimir Malakhov-, una noche antes del 2012, resultaría una grata sorpresa. Voluptuosa percepción de los sentidos sobre una figura de la mitología persa, Peri, una suerte de hada-símbolo que se balancea entre el ángel y el demonio.

 

Estrenada en febrero de 2010, la reposición de diciembre de 2011 con el Staatsballetts Berlin en el teatro Schiller de la zona de Charlottenburg –sede sustituta temporal de la bella edificación en mantenimiento de la Berliner Staatsoper ubicada en la encantadora avenida Unter den Linden, magnífico pasaje entre la puerta de Brandeburgo y la plaza Alexander pasando por el costado del majestuoso Domo de Berlín-, ha sido una experiencia refrescante, admirable.

 

Hay que aclarar que existe otro ballet La Péri, con música de Paul Dukas (1912), y que compositores como Robert Schumann y Gilbert and Sullivan, entre otros, se han inspirado en esta mitología del medio oriente también. La obra de Burgmüller es de una cualidad ligera, con anticipos definitivos de Tchaikovski en los movimientos lentos, chispeante, incluso vibrante, que bien vale la pena escuchar y sobre todo ver con la corografía del talentoso bailarín ruso, cuyo  concepto flexible y erotizante de los cuerpos, especialmente los arqueos femeninos, se contrapone a la rigidez corporal y facial del ballet tradicional. A la técnica clásica, Malakhov ha añadido erotismo y aun vigorosos giros de la danza contemporánea (una nueva combinación, diría George Balanchine).

 

En una suerte de lucha entre el amor apolíneo y el dionisiaco, un hombre agobiado de hastío debe decidir por una mujer. En el primer acto rechaza todas las propuestas y entrado ya en el rapto del sueño, se le presentan a placer 25 bellezas (20 del cuerpo de baile y 5 solistas) y por si acaso dudara o le faltara variedad para escoger, se suman hacia el final 3 fornidos bailarines en minifalda (no, no se trata de los desfiguros del Trocadero).

 

En el segundo acto, con los ojos abiertos y cuando el público cree que el bien triunfará al fin, que el amor puro vencerá al erótico, la mujer dionisiaca toma venganza. Los enamorados son apresados y ejecutados. Por obra de Malakhov, Jordi Roig, el escenógrafo,  y un deus ex machina celestial auxiliado por las brumas del hielo seco a manera de nubes de algodón que por poco ahogan a no pocos músicos del foso, se consuma en la eternidad, que no en la realidad, el puro amor apolíneo, percibido ya entre el público como más bien sobradamente sentimental.

 

La primera victoria del amor sobre la noche fue no haberme quedado plácidamente dormido como en el último Don Quichotte que viera en Bellas Artes; ni siquiera di de cabeceadas. Después de reiteradas funciones de la usualmente recargada y rígida estética del ballet (con maravillosas excepciones), la danza contemporánea se convirtió en una fuente de nuevos goces. No obstante, uno de los problemas tanto del ballet como de la danza moderna en México –donde las primeras bailarinas se caen y un gusano retorciéndose en escena es suficiente para ser considerado danza-, es la carencia de sincronía en los unísonos y la ausencia de una integración orgánica de la música en el bailarín, cuya formación musical es más bien paupérrima. El ballet de Burgmüller y el concepto coreográfico de Malakhov expresaron todo lo contrario. Sincronía, plasticidad, organicidad, libertad.

 

La segunda victoria fue el goce estético sin esfuerzos de una coreografía nueva con un cuerpo de baile, un coreógrafo, una orquesta y un teatro novedosos en una ciudad, Berlín, también novedosa y sumamente atractiva y prometedora para el disfrute artístico, la reflexión y la caminata.

 

Una ciudad cuya noche siguiente celebraría con alegría impactante. Impresionante explosión de fuegos, artificios, estruendos, luces multicolores, silbidos, disparos, ráfagas…  Como si 67 años después estuviera nuevamente bajo bombardeo al exacto momento de girar el reloj al 2012.

 

La Péri: http://www.youtube.com/watch?v=wj5YlujqC9E

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